Prefieren latinos en EU vender negocios
Miami, Estados Unidos, 17 de agosto de 2017.- Era la cara de su negocio, pero ya casi no aparece en el mostrador. Ahora Maribel Reséndiz trabaja en el fondo del local, como si quisiera que nadie la viera. Ella es uno de los cientos de indocumentados, dueños de un negocio, que prefieren vender o transferir sus empresas tras la entrada de Trump a la Presidencia de EU.
Maribel y su esposo, Alberto Reséndiz, incluyeron a su hija, de nacionalidad estadounidense, como socia de la frutería que tienen desde hace cinco años y por si son deportados a México, le transfirieron también todos los bienes de la familia.
“El temor es que me pare la policía, llame a inmigración y me lleven a México”, asegura Maribel, quien vive ilegalmente en el país desde 1992.
“Cualquier emergencia ella es la que responde… cualquier cosa que me pase ella es socia y puede disponer”.
Atemorizados por la política migratoria de Trump, los Reséndiz son parte de un creciente número de inmigrantes sin autorización legal que son dueños de negocios y han optado por transferir sus empresas o propiedades a familiares nacidos en Estados Unidos, frenar sus inversiones o vender sus tiendas.
Se estima que 10 por ciento de los 11 millones de extranjeros que viven ilegalmente en el país tienen negocios.
Con sus planes de contingencia buscan proteger sus bienes y garantizarles a sus hijos un ingreso en caso de que ellos sean detenidos y repatriados.
Otro de ellos es Mauro Hernández, un mexicano de 44 años que puso a la venta el negocio de pollos asados que abrió hace seis años en Queens, Nueva York. El local está a nombre de un amigo que vive legalmente en EU. Hernández dice que él dirige el negocio, paga los impuestos y a sus diez empleados. Si es enviado de vuelta a México, nadie llevará las cuentas y eso perjudicará el historial financiero de su colega.
“Lo que no quiero es que afecte a mi amigo”, asegura Hernández, quien ya fue deportado y regresó hace más de una década. “Desde que ganó Trump he estado muy preocupado”.
Algunos de los empresarios que están tomando estas medidas aseguran que no tienen otra opción.
Bajo Trump, los arrestos de inmigrantes sin autorización ascendieron a 75 mil entre enero y junio, un incremento del 37 por ciento con respecto al mismo periodo de 2016. Además, durante los primeros seis meses de este año, las detenciones de inmigrantes sin estatus legal que no cuentan con un historial criminal llegaron casi a 20 mil, más del doble que el mismo periodo el año pasado.
“Todo el mundo está tomando precauciones”, expresó el abogado Jorge Rivera.
“No quieren que el negocio desaparezca de la noche a la mañana. Quieren mantener sus ingresos” aun estando lejos.
Varios de los empresarios entrevistados por The Associated Press hablaron a condición de no ser identificados, por temor a las autoridades.
Entre ellos está un mexicano de Los Ángeles que llegó en 1995 sin papeles y desde 2001 tiene dos empresas de publicidad y mercadeo con 50 empleados.
A pesar de facturar unos cinco millones de dólares al año mediante contratos con hospitales privados y médicos particulares, el hombre de 40 años piensa mudarse a España con sus cuatro hijos estadounidenses y su esposa, que también está ilegalmente en el país.
El plan contempla pasar a nombre de su hermana y sobrina estadounidenses las empresas y vender sus cinco automóviles y sus dos casas, en Las Vegas y en Los Ángeles.
Dice que este año ha rechazado renovaciones de contratos equivalentes a 1.5 millones de dólares porque no quiere quedarse con negocios pendientes si lo deportan o se va a España; además de que adquirió dos casas en México porque ya no quiere invertir en EU.
AP