El Sistema de Participación Ciudadana y el Sistema Estatal Anticorrupción | Esteban Ángeles Cerón
Como respuesta al déficit de probidad de los sectores público, privado y social que ha minado a las instituciones, el CCCEH organizó en diciembre del año pasado el “Quinto Encuentro Estatal de Participación Ciudadana en la Gestión Pública”, con el tema “El Sistema Nacional Anticorrupción y la Participación Ciudadana”.
En este Quinto Encuentro, el Lic. Omar Fayad Meneses, Gobernador de Hidalgo, compartió sus reflexiones sobre las líneas que definen el gobierno que encabeza: transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción.
En su mensaje a la ciudadanía, sentidamente destacó, “…que sea el Consejo Consultivo un receptor de opiniones de muchos ciudadanos. Ojalá recabemos la de todas las ideologías… Para que la gente nos crea, se requiere un Sistema Estatal Anticorrupción que defina quién cuida al gobernador. Ya les propuse, aunque todavía no llega la iniciativa, que lo primero es que me quiten el fuero, ya, ¡Pero a mí!, pero también a los presidentes municipales y también a los diputados. Esta es una medida real, que yo me deshaga de la coraza constitucional que hoy me protege para delinquir sin que me juzguen…un sistema de amarrarnos las manos y que se las amarren al gobernador y que se las amarren a los secretarios y a todos aquellos que manejan recursos públicos. ¡A todos!…”
En este escenario, es pertinente destacar que en la construcción del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), se identificaron diversos paradigmas, entre ellos, las prácticas de parlamento abierto durante el proceso de dictamen, condición que generó una sinergia cuya masividad involucró a numerosos ciudadanos y organizaciones, entre ellas al CCCEH, lo que dio como resultado que las leyes aprobadas fueran enriquecidas con la incorporación de diversas opiniones a los proyectos originales de las iniciativas.
Este proceso legislativo tuvo el mérito de la credibilidad transversal. Desde su inicio admitió que la implementación del SNA es producto de la falta de credibilidad y confianza en las instituciones y del descrédito de anteriores procesos maniqueos para abatirla; transitó y se desarrolló por el impulso de actores sociales creíbles y confiables; y culminó, asumiendo que el propósito es recuperar la confianza de la ciudadanía a través de procesos de co-creación, y de escuchar, entender y atender propuestas, demandas y reclamos sociales.
Es propicio mencionar como virtud del proceso legislativo, la apertura a la opinión de todas las corrientes ideológicas; condición que fortalece la legitimidad de la propuesta y otorga un mejor y mayor margen de operación política para los tomadores de decisiones, al momento de su implementación operativa.
En este sentido, no podemos olvidar que el fenómeno que pretende abatir el SNA, ha creado múltiples redes y existen actores que pugnarán por preservar el status quo, por lo que, entre más abierto sea el proceso, menor es el margen y riesgo de minarlo o de ser subyugado por intereses corruptores.
El espíritu de las leyes finalmente aprobadas, converge en la idea de articular pesos y contrapesos institucionales y sociales, que disminuyan la posibilidad de seguir generando redes de corrupción, mediante procesos asociativistas en los que prime la inteligencia social como el principal elemento colaborativo.
En este contexto, el claro mensaje del Gobernador Fayad Meneses debe atenderse sin regateos institucionales o políticos, hay que entender que está convocando a un proceso parlamentario abierto, para que todos podamos opinar y aportar, no por moda, sino porque es necesario para dotar al Sistema Estatal Anticorrupción (SEA) de legitimidad, confianza y credibilidad social.
Hidalgo debe convalidar el rol de la participación ciudadana en la creación del SEA. La realidad es contundente y va más allá de cualquier acto de demagogia o estética política. Exige reivindicar al ciudadano como génesis del poder soberano y reconocer su rol en el quehacer público del que ha sido relegado, lo que ha provocado su atomización, marginación, alejamiento y alienación, lo que vulnera toda lógica de gobierno y explica la fragilidad sistémica que experimenta la Nación.
La dictaminación de las iniciativas de leyes secundarias del SEA presentadas por el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, precisa ponderar en su génesis el apego a los Modelos de Gobierno y Justicia Abiertos, y su alejamiento de mecanismos anquilosados, y exige incorporar la voz del gobernado, del representado, del justiciable, o simple y sencillamente, del usuario del bien o servicio público. No es admisible que el sistema nazca con serias deficiencias o con ausencia de credibilidad.
Hidalgo tiene la oportunidad a partir de la creación del Sistema Estatal de Participación Ciudadana, de articular un SEA de vanguardia, que vertebre una sana distribución del poder político a través de la transversalidad, colaboración y corresponsabilidad en la toma de decisiones del quehacer público.
No podemos perder de vista que la participación ciudadana es un derecho humano; es el factor de máxima confianza y racionalidad de todo ejercicio asociativista; y es en lo fundamental, la única razón de legitimidad del ejercicio de gobierno, lo que exige asegurar su calidad, refuncionalizar las estructuras públicas, y crear lógicas administrativas de organización y apoyo ciudadano que armonicen su función desde el respeto y preservación de los derechos humanos.
Es el tiempo que Hidalgo actúe con inteligencia política, reinvente la gestión pública y la socialice; corrija el déficit de probidad, reestructure la confianza ciudadana, y termine con el desdén del pueblo, que mira a los gobernantes como una élite que se sirve del poder.
Por ello, si la fortaleza endogámica del Sistema Nacional Anticorrupción es la fuerza de la participación ciudadana, no podemos equivocarnos. La función primigenia de toda acción pública es pública, siempre y cuando provenga del crisol solidario que la ciudadanía provee al gobierno, otorgando magnitud y sentido a sus acciones, como imperativo para asegurar la dignidad humana.
La Nación enfrenta una encrucijada ante la pobreza y la desigualdad. Reivindicar a los que menos tienen y garantizar un orden sistémico que genere oportunidades para el todo social, sólo puede ser construido en la probidad del Estado. Lo contrario, cercena su razón y da paso a la barbarie.
Agenda
- La visita de la Canciller alemana Angela Merkel, resulta fundamental en estos momentos de la difícil relación bilateral con Estados Unidos y es oportuna para estrechar lazos de cooperación para la defensa de la democracia, el libre comercio, la protección ambiental y los derechos humanos.
- La Reunión Regional Bajío del CIAPEM, sobre Nuevas Políticas Públicas para un Gobierno Digital, habrá de potenciar los trabajos del Ejecutivo Estatal en materia de Gobierno Abierto y Prácticas de horizontalidad, colaboración e interactividad ciudadana, como la Ventanilla Única.
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