Jornada de conexión con la naturaleza
La ONU exhorta a las sociedades a recuperar la cercanía con el entorno
- El síndrome del déficit de naturaleza agobia y enferma a niños y adultos
México, 05 de junio de 2017.- La Organización de las Naciones Unidas lanza un vehemente llamado a los gobiernos del mundo, y les pide: ¡Conectar a la gente con la naturaleza!
Con ese exhorto para este 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, la campaña auspiciada por Canadá promueve el lema “Estoy con la naturaleza” junto con la etiqueta #ConLaNaturaleza, y aprovecha la jornada ambiental más significativa del año para celebrar in situ el entorno planetario con el objetivo de impulsar su cuidado y conservación.
El orden del día global consta de tres puntos: Sal a la naturaleza, con un programa de más de cuatro mil eventos en los que participarán empresas, escuelas, universidades y ciudadanos invitados de todo el mundo a desarrollar distintas acciones que van desde reforestación de áreas verdes hasta limpieza de playas; Crear el álbum global de naturaleza más grande, actividad en la cual las personas podrán compartir sus fotos o videos de lugares que les sean importantes, y Explora tu mundo: una agenda de 12 días para documentar con fotografías la naturaleza que se avizora desde la puerta de la casa, y compartirlas con la comunidad científica mediante iNaturalist, que analizará cómo está cambiando el planeta.
El Día Mundial del Medio Ambiente es el principal suceso que impulsa la ONU para estimular la conciencia medioambiental y poner atención y acción política sobre el tema. Fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano en su resolución del 15 de diciembre de 1972.
El organismo internacional convoca a todas las personas a trasladarse a un bosque y aspirar sus esencias; caminar a la orilla de un río y salpicarse con el agua que corre; contemplar la imponente inmensidad del oleaje marino que, incansable, crece y se apaga sobrevolado por pelícanos, fragatas y cormoranes, o bien, desde la cima de alguna montaña, descubrir un valle luminoso o la profundidad de una cañada y llenar los pulmones con la frescura de la flora silvestre para así recrearse y revalorar la naturaleza.
La fecha más importante del calendario ambiental brinda la oportunidad de atraer a los ciudadanos del mundo de todas las edades a las Áreas Naturales Protegidas, los corredores biológicos, los sitios Ramsar, los territorios que son Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad, donde se pueden realizar prácticas de ecoturismo, conocer los valores que atesoran y, en el plano individual, permitirse sanar del síndrome de déficit de naturaleza.
Ese nombre le dio el periodista y escritor estadounidense Richard Louv a un conjunto de síntomas cada vez más presentes en la vida de los individuos: estrés, ansiedad, falta de relaciones significativas con los demás y con el mundo y numerosos desequilibrios psicofísicos, adicciones e hiperactividad infantil, atribuidos por profesionales de distintas disciplinas a la pérdida de la relación hombre-naturaleza. Señala que la prescripción de antidepresivos en niños se ha duplicado en los últimos cinco años y que, según estudios médicos, el uso excesivo de los teléfonos inteligentes, la tableta o la pantalla de televisión, provoca un problema de desarrollo cerebral.
Louv presenta evidencias sobre la necesidad de poner en contacto a los niños con la naturaleza, pues si tienen acceso a ella y al aire libre aprenden mejor, son más tranquilos, su comportamiento es más adecuado, son más creativos y dominan mejor el pensamiento crítico. Pasar tiempo en un entorno natural llena sus déficits físicos, emocionales y espirituales, resume el autor de El último niño de los bosques y seis libros más.
El periodista ha inspirado un movimiento internacional encabezado por la Red de Niños y Naturaleza para reintroducir a los niños en el medio ambiente, lo que generó el surgimiento en Estados Unidos y Europa de jardines de niños en el bosque, huertos escolares y programas educativos para no dejar encerrados a los infantes.
Luego de observar que nuestras sociedades padecen lo que también se conoce como “síndrome de Heidi”, Louv documenta en su ensayo Salvar a nuestros hijos del trastorno por déficit de naturaleza con base en conclusiones multidisciplinarias que describen los posibles efectos negativos para la salud individual y el tejido social por falta de contacto físico de los niños con el mundo natural: trastornos de la atención, obesidad, descenso de la creatividad y depresión.
Al vislumbrar a las generaciones futuras frente a un reto que va más allá de la sostenibilidad, Louv señala que además deberán ser capaces de “crear naturaleza”, de reinventarla y “eso sólo será posible si aprenden a conocerla y a amarla”. Propone estimular en los niños la biofilia, el amor a los seres vivos, porque “es imprescindible que tengan experiencias a edades muy tempranas, ya que como consecuencia del déficit de naturaleza muchos pequeños experimentan biofobia o miedo a los entornos naturales”.
Su planteamiento inspira además a los adultos, por lo que Louv busca respuestas para los que se alejaron hace muchos años de la naturaleza e impulsa otro movimiento para llevar la naturaleza a los barrios, hogares y centros laborales, convencido de que somos más creativos cuando estamos en un hábitat natural.
En el Día Mundial del Medio Ambiente 2017, resuenan en los 194 países miembros de la ONU los planteamientos de Richard Louv, merecedor de la Medalla Audubon (2008), del Premio Paul K. Petzoldt de la Asociación de Educación Desierto, y con amplio reconocimiento de organizaciones no gubernamentales como Sierra Club, el Trust for Public Land y The Nature Conservancy, y de la propia ONU, que podría publicar sus ensayos sobre el síndrome del déficit de naturaleza.
Con información de: http://www.gob.mx/semarnat/