México, 2 de Junio de 2017.- Ganadora del certamen en 2013, la ceramista oaxaqueña Enedina Vásquez exhortó a las mujeres artesanas e indígenas a concursar por el Premio Nacional de la Cerámica, cuya convocatoria sigue abierta durante el presente mes.
La creadora originaria de la región de los valles de Oaxaca, en Santa María Atzompa, nacida en 1963, destacó que este reconocimiento es una oportunidad de obtener un reconocimiento a su ardua labor y de compartir con el país su trabajo y creatividad.
De acuerdo con las bases de la convocatoria, los interesados podrán registrarse los días 22 y 23 de junio, para los creadores locales, y el 24, 25 y 26 del mismo mes, para los foráneos, en el Centro Cultural El Refugio de San Pedro Tlaquepaque, Jalisco.
Recordó que cuando recibió el reconocimiento “me sentí muy orgullosa porque el presidente me lo otorgó en las manos. Reconoció mi trabajo y mis creaciones; pero creo que, sobre todo, valoró que soy una mujer y una artesana indígena”.
Añadió que para obtener lo hasta ahora logrado venció muchos obstáculos, tradiciones, “como dejar el oficio del marido y salir de casa para trabajar”.
Y hoy uno de sus mayores orgullos es haber logrado una paleta de hasta 80 colores, cuando su padre le enseñó los tradicionales, dos, beige y rojo, todos obtenidos de los barros y arcillas de su tierra. Ha buscado igualar los tonos que utilizaron los pobladores prehispánicos.
Refirió que en zonas arqueológicas de su región natal “hay vasijas con tonalidades como las que ahora tengo; eso me enorgullece porque sin saber cómo las hicieron, yo las estoy igualando con mis propias búsquedas, mis propias mezclas, buscando la alineación entre los barros. Paso días y noches pensando cómo las pudieron obtener”.
Refirió que “mi padre me heredó su talento, me enseñó a trabajar, a separar los barros, a hacer sola mis hornos y mis creaciones. Por más de 20 años me he dedicado a crear nuevos colores de minerales, porque mi papá me enseñó solamente el beige y el rojo, y ahora tengo una paleta de 80 colores, producto de mis aciertos y de mis errores”.
Abundó que de su padre aprendió a amasar la arcilla cuando era niña, a teñirla de los dos colores mencionados, pero buscó más, observó su entorno y ahora tiene hasta 80 tonalidades en su paleta con la que elabora los adornos de su trabajo de cerámica.
Enedina Vásquez nació en Santa María Atzompa, uno de los 570 municipios que conforman el estado donde continúa la tradición alfarera. Usa la técnica de preparación del único engobe que le enseñó su padre cuando era niña. En 2013 obtuvo el Premio Nacional de Cerámica.
El galardón es uno de los más importantes que ha recibido, al que se suman el VI Concurso Nacional Grandes Obras Maestras, Leyendas Vivientes, y sus trabajos han figurado en publicaciones especializadas del país e Iberoamérica.
Enedina Vásquez ha transformado el barro de Atzompa en figuras como la Virgen de la Soledad, patrona de los oaxaqueños, así como otras piezas de tema religioso, que se distinguen por el máximo cuidado de los detalles y una aplicación de color en engobes, única y distintiva de su estilo artesanal.
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