Cae por cuarto año el IDH de México
México, 23 de marzo de 2017.- Por cuarto año consecutivo, México perdió posiciones en el ranking del Índice de Desarrollo Humano (IDH) de la ONU.
Mediante el IDH, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) evalúa cada año el desempeño de los países en materia de bienestar social.
El ejercicio considera indicadores básicos, como esperanza de vida, escolaridad promedio e ingreso per cápita, y se complementa con índices sobre desigualdad social y equidad de género.
En el Informe sobre Desarrollo Humano 2016, presentado el pasado martes, el PNUD ubica a México en la posición 77 en un ranking de 185 países. El país obtiene una puntuación de 0.762 en una escala de 0 a 1. En el primer lugar del IDH se ubica Noruega, con una puntuación de 0.949, y en el último la República Centroafricana, con 0.352.
En 2013 México quedó ubicado en el lugar 61, con una puntuación de 0.775.
El PNUD destaca en su más reciente informe los progresos obtenidos a nivel mundial en materia de desarrollo humano en los últimos 25 años, pero advierte sobre la persistencia de rezagos.
“Hoy en día, la población es más longeva, hay más niños y niñas que van a la escuela, y un mayor número de personas tiene acceso a servicios sociales básicos.
“Sin embargo, el desarrollo humano ha sido desigual y las carencias humanas persisten. El progreso ha pasado por alto a grupos, comunidades y sociedades, y hay personas que se han quedado al margen. Algunas sólo han logrado lo básico del desarrollo humano y otras ni siquiera eso”, agrega.
De hecho, al ajustar el IDH con el indicador complementario de desigualdad, la puntuación de México cae a 0.587, con lo que se ubica en la posición 89 en el ranking.
En el Índice de Desigualdad de Género, México obtiene una puntuación de 0.345, lo que lo coloca en la posición 73 del ranking.
Inclusión
Para reducir los déficit de desarrollo humano entre los excluidos, indica el PNUD, se requiere reorientar las políticas universales.
“Para que el desarrollo humano llegue a todos, el crecimiento debe ser inclusivo y sustentarse en cuatro pilares: formulación de una estrategia de crecimiento impulsado por el empleo, fomento de la inclusión financiera, inversión en las prioridades de desarrollo humano e intervenciones multidimensionales de amplia repercusión”, detalla.
La redistribución de activos, señala, también puede contribuir a incorporar a los excluidos al proceso de crecimiento.
“El capital humano es un activo, y las diferencias de nivel educativo impiden que los pobres formen parte del proceso de crecimiento de alta productividad. La democratización de la educación, especialmente la terciaria, beneficiaría a las personas de los entornos más pobres”, apunta el informe.
Víctor Osorio | Reforma