Invita DIF Tula a conocer mural que expone importancia de los derechos de la niñez
Tula de Allende, Hgo., 30 de septiembre de 2016.- En las instalaciones de las oficinas centrales del Sistema Municipal DIF de Tula de Allende, ubicadas en la Colonia El Crestón, recientemente fue inaugurado el mural titulado Conciencia y Futuro, del artista tulense Alberto Torres.
La presidenta del DIF, Liliana Aguirre Mejía, invitó a la población en general a disfrutar de la obra pictórica que hace referencia a la importancia de la educación y la práctica de los derechos de los niños en la construcción de un mejor futuro para todos.
“La educación y la cultura son las bases para el desarrollo de la consciencia de uno mismo, del propio papel dentro de la colectividad y de la posición del grupo social en un entorno global, por ende, el origen de la noción para ofrecer las condiciones idóneas a las nuevas generaciones. Es así que en el mural son representados valores como la familia como ideal y, la tierra, Tula, aludida en este caso por el simbólico cerro del Xicuco y los campos de maíz; es lo primero que se mira al subir las escaleras del edificio”, explicó el autor.
“A manera de contextualización sutil de nuestros tiempos se agrega sobre las cabezas de la familia la paloma que remite a la anhelada paz en México y que también devendría de las mismas bases. Con la mirada en ascenso por el cielo en atardecer se llega a la noche, y a las estrellas, un grupo se encuentra a la derecha, las pleyades, que están relativamente cerca de nosotros y son incluso varias veces más grandes que el sol, más brillantes, separadas unas de otras por millones de kilómetros”, ahondó el también Maestro en Artes Visuales.
Añadió que “el otro grupo es el cúmulo de virgo mucho más lejano pero que no son estrellas sino galaxias como la nuestra que contienen millones de soles y mundos, está un poco más allá del centro del muro. Hay pocas cosas que pudieran despertar tanta humildad como la noción de nuestra posición en el universo, por eso un telescopio apunta a la noche, pero no al de la pintura, sino que se desvía ligeramente hacia el cielo del espectador. Hay una alineación vertical de tres símbolos, una espada, una balanza y en este caso el telescopio; representan la firmeza en el ejercicio de la justicia, el juicio a través de las leyes y la importancia del conocimiento respectivamente”.
Junto al telescopio, a la izquierda, precisa el artista, aparece una mesa con cuatro libros: matemáticas, literatura, física y filosofía, además de un microscopio; todo el conjunto busca manifestar el valor de los campos del conocimiento, pues desde una perspectiva personal algunos de ellos están siendo infravalorados por el pragmatismo y materialismo de nuestra época, pero que son determinantes como las artes y la filosofía.
Manifestó el además Diseñador Industrial que “al agregar un niño escribiendo y un maestro en actitud comprometida con la testa en lo alto y al centro se crea una imagen que muestra la importancia de una educación humana y completa lo que generará personas tomando decisiones responsables en todos los sentidos. Sobre la mesa también hay una tableta, que aludiendo a la tecnología como herramienta al alcance de los estudiantes”.
Para culminar, explicó que yendo hacia abajo aparece una médico, atendiendo a una niña con discapacidad; la escena está justo al centro y en primer término para destacar la importancia de la salud y además la no discriminación hacia personas con alguna deficiencia física, pues se representa abiertamente la extremidad amputada. Para alcanzar tales ambiciones es importante que la justicia y la ley estén dispuestas, por lo tanto, la balanza y la espada están tocadas visualmente por la mano de la niña y, al alcance de la familia.
El extremo izquierdo del muro ya no se puede apreciar sino hasta terminar de subir las escaleras y dar media vuelta, entonces miramos el conjunto y el lado izquierdo a manera de desenlace: niños de diferentes razas pueden verse en actividades acordes con los derechos de los niños establecidos por la ONU: una niña urbana de tez blanca levanta la mano que llega hasta el cielo pidiendo participar, un niño campesino extrañado de tez morena trata de levantar su mirada libre para interrogarse y, sobre ambos se cierne un satélite más allá de las nubes que comunica a cada uno a pesar lo distante de sus realidades, dio a conocer el tulense.
Finalmente, en la parte de abajo del mural, un niño africano se alimenta luciendo su indumentaria tradicional, más abajo otro niño puede jugar con un barquito en un charco y, a su derecha una niña indígena también con un colorido vestido tradicional corre feliz de su identidad y que por la composición parece que saldrá del muro. Todo esto presenta además la pluralidad mundial de la que también la gente de Tula es parte, indicó el Maestro Torres.
Finalmente, por la perspectiva y la ubicación del piso en el que se encuentran las figuras inferiores el que comienza a descender por las escaleras para irse tendrá la sensación de que se introduce o puede participar del mundo representado en la pintura. Todo el mural se divide en tres partes horizontales y verticales, en el que el cielo nocturno sirve de enlace para las escenas en los dos términos inferiores. Los colores buscan crear un ambiente fresco y luminoso a pesar de las zonas oscuras, en sí, se intentó concebir una obra de reposo para la vista pero de provocación intelectual, concluyó el autor, quien indicó que la obra de arte puede ser visitada de lunes a viernes de ocho de la mañana a cuatro de la tarde.