Frailecillo atlántico
11 de agosto de 2016.- El frailecillo atlántico luce colores parecidos a los del pingüino, pero su colorido pico le ha merecido el apelativo de «loro de mar». El pico se vuelve gris mate en invierno, pero recobra su color en primavera, por lo que puede ser una forma de atraer a parejas potenciales.
Estas aves pasan la mayor parte de su vida en el mar, reposando sobre las olas cuando no están nadando. Son unos excelentes nadadores que usan las alas para impulsarse bajo el agua con un movimiento similar al que hacen para volar. Usan sus pies palmeados a modo de timón y pueden sumergirse a profundidades de 60 metros, aunque su inmersión solo dura entre 20 y 30 segundos. Los frailecillos suelen capturar peces pequeños, como arenques o anguilas de arena.
En el aire, los frailecillos son asombrosamente veloces. Baten sus alas hasta 400 veces por minuto y pueden alcanzar los 90 kilómetros por hora.
Los frailecillos atlánticos se asientan en las islas y costas del Atlántico Norte para formar colonias de cría cada primavera y verano. Islandia es lugar de cría para quizás el 60 por ciento de la población mundial de frailecillos atlánticos. Estas aves suelen elegir los puntos más altos de escarpados acantilados para construir sus nidos, para lo que usan plumas o hierba. Las hembras ponen un solo huevo, y ambos padres se turnan para incubarlo. Cuando el polluelo eclosiona, los progenitores lo alimentan por turnos, llevando pequeños peces al nido en su relativamente espacioso pico. Las parejas de frailecillos suelen reunirse todos los años en el mismo emplazamiento. No está claro cómo se orientan para volver a su zona de cría. Es posible que usen puntos de referencia visuales, olores, sonidos, los campos magnéticos de la Tierra… o incluso las estrellas.
Con información de: NATIONAL GEOGRAPHIC