El Banco de México (Banxico) se mostró preocupado por el creciente déficit en cuenta corriente en la reunión de política monetaria en la que decidió aumentar la tasa de interés en 50 puntos base de 3.75% a 4.25%.
“La mayoría concordó en que la evolución reciente del peso también pudiera estar reflejando ciertas preocupaciones en torno a los fundamentos económicos de México”, dicen las minutas del encuentro que la Junta de Gobierno del Banco Central sostuvo el pasado 30 de junio.
Entre estas preocupaciones están la solidez de las finanzas públicas y el déficit en cuenta corriente, un registro que lleva el Banco Central sobre el comercio de bienes, servicios y transferencias del país con el exterior. Es uno de los elementos de la balanza de pagos junto con la cuenta financiera.
“La estructura de la cuenta corriente es endeble debido a que depende en cierta medida de flujos de capital de corto plazo, en un contexto de políticas monetarias acomodaticias en las economías avanzadas y de continuos episodios de mayor aversión al riesgo que pudieran afectar los flujos hacia las economías emergentes”, se lee en el documento de la reunión.
Un integrante de Banxico señaló que la actual estructura de la economía, en la que ha disminuido la participación de las manufacturas en el PIB y ha aumentado el sector servicios podría tener implicaciones en el déficit de cuenta corriente, que representó 2.7% del PIB en el primer trimestre del año.
Otro miembro recalcó que las perspectivas de bajos precios del petróleo y las posibles reducciones adicionales en la extracción del crudo podrían exacerbar el deterioro.
“El déficit en cuenta corriente es la demanda neta de divisas que tiene una economía”, explicó el economista de Santander, Rafael Camarena.
Ese déficit tiene que estar financiado con recursos que capte el país en el exterior como la inversión extranjera, la cuenta de capitales y el endeudamiento, rubros que se reflejan en la cuenta financiera de la balanza de pagos.
Por ejemplo, en el primer trimestre del año, la cuenta corriente tuvo un saldo negativo de 6,991 millones de dólares mientras que la cuenta financiera tuvo un superávit de 8,594 millones de dólares.
Parte de ese superávit obedeció a las emisiones por 12,462 millones de dólares que emitió el sector público en el trimestre y que contrarrestaron la salida de 4,336 millones de dólares de extranjeros del mercado de dinero.
Sin embargo, analistas dijeron a Expansión que estas emisiones no podrán ser sostenibles por mucho tiempo porque significarían más presión sobre las finanzas públicas.
“Si no tienes el suficiente financiamiento para ampliar ese déficit, lo que ocurre es que tu tipo de cambio se deprecia o el banco central tendría que poner divisas, pero como solo interviene de manera parcial, la variable de ajuste es el tipo de cambio, y tiene repercusiones en la inflación”, agrega Camarena.
Con información de Carmen Luna.
