17 de abril de 2016.- El corazón del Atlante latió en la Ciudad de México a dos días de que celebre el centenario de su fundación; ese sentir, que se repite entre la parcialidad azulgrana, quedó manifiesto.
Cerca de cinco mil seguidores de los Potros tomaron el Ángel de la Independencia para iniciar desde ahí una caravana que tenía como destino el cruce de las calles Valladolid y Sinaloa, en la colonia Roma, donde se develaría una placa alusiva a la importante fecha.
Y se trató de una caminata con mucha vida sin importar que no hubo directivos ni figuras representativas del atlantismo, salvo el exportero Félix Fernández. Al fin eso de estar abandonados es algo que se ha repetido a lo largo de su historia. Están acostumbrados. Por eso para la gente de pantalón largo sólo mentadas y la exigencia de regresar al equipo a su casa.
Rompieron con la rutina en el centro de la capital la música de murga y cánticos al estilo sudamericano, llevados por los más jóvenes, pero también el “¡Chiquitibum!” y el más tradicional: “¡Les guste o no les guste, les cuadre o no les cuadre, el Atlante es su padre y si no..!”. Una comunión de miles para celebrar al club que se les fue a Cancún hace ya nueve años.
Ahí, en medio de la aglomeración, apareció Félix Fernández, que pasado el mediodía se había realizado un tatuaje con el logo de los Potros junto a otras 20 personas. De inmediato las fotos, más porras y un paseo en hombros, porque a los seguidores no se les olvidó que fue él quien marcó el penal definitivo ante Pachuca para que regresaran a Primera en 1991.
“¿Qué otro club puede ser el equipo del pueblo? El Atlante no lo es sólo porque así se le nombró hace muchos años, sino porque ha representado a la clase popular, incluso es parte de ella”, estableció el ahora comentarista deportivo.
“Si te gusta tener las cosas fáciles, contar con figuras de talla internacional, tener un gran presupuesto pues no le entres, por eso es muy difícil volverse atlantista. De alguna manera el Atlante te va eligiendo con base en ciertas características que están fundamentadas en la adversidad”, abundó.
Con información de: EXCÉLSIOR
