PUEBLA 17 de abril de 2016.- La ciudad de Puebla cumplió ayer 16 de abril 485 años de fundación, por lo que a partir de esa fecha y hasta el próximo aniversario se llevarán a cabo una serie de actividades artísticas y culturales para disfrute de sus pobladores y visitantes.
Con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), una de las principales actividades que encabezarán autoridades y pobladores este sábado, es una misa en el mismo lugar donde se celebró por primera vez una ceremonia religiosa en Puebla.
De acuerdo con el historiador Sergio Vergara Berdejo, titular de la Gerencia del Centro Histórico y Patrimonio Cultural, en dicho lugar se dio la primera misa, después caminaron indígenas y españoles a la Cruz y desde ahí se repartieron los solares.
“Los españoles escogieron los terrenos que estaban junto al río, pero en mayo, con la llegada de las lluvias se inundaron y quisieron regresar a los otros predios, pero los indígenas ya no lo permitieron, porque ya se habían repartido las tierras y los indígenas quedaron instalados en lo alto”, dijo en entrevista.
Para recordar esta primera celebración está invitada gente de Huejotzingo, de Calpan, de Cholula, y de los barrios fundadores para hacer una gran fiesta, donde también se espera llegue gente vestida a la usanza de la época, para celebrar la fundación, registrada el 16 de abril de 1631.
Otro sitio histórico por conocer, y que forma parte del proyecto Los Secretos de Puebla, es el Puente de Bubas, construcciones que están de manera subterránea en la actual ciudad, donde se encuentran elementos de museografía para que los ciudadanos valoren el patrimonio, pues se trata de 300 años de puentes.
Fue en el siglo XVII cuando la ciudad tuvieron más auge las construcciones.
La Casa de García de Aguilar forma parte de este recorrido. El señor García de Aguilar regaló a la ciudad de Puebla el terreno que le había dado Hernán Cortés, por eso se hizo el primer alcalde mayor de la ciudad de Puebla.
Este terreno después se volvió el Tívoli y ahora es un jardín que forma parte del paseo de San Francisco.
En este mismo trayecto se halla un pequeño chacuaco, porque ahí se asentó la primera fábrica de vapor en toda la ciudad, una curtiduría, porque no hay que olvidar que los poblanos contaban con varias crías de marranos.
Los recorridos duran de 2 ó 3 horas porque los paseantes no sólo conocen los monumentos, sino todo lo que está alrededor de éstos.
Tal es el caso del Paseo de San Francisco, donde se encuentran los locales que preparan las tradicionales chalupas, pequeñas tortillas bañadas en manteca cubiertas de salsa verde y roja, cebolla picada y trozos de carne de cerdo o pollo.
Al respecto, Sergio Vergara explicó porqué dicho antojito poblano se le conoce como chalupa.
“En este lugar se hizo el lago de Carlota y Maximiliano donde acudían a pasear en una chalupa. Antes de concluir la obra, los trabajadores que hacían las trajineras como las de Xochimilco, comían lo que las mujeres vendían alrededor, ellas vendían tortillas con salsa.
“El común de la gente cuando quería ver cómo se hacían las trajineras decían ‘vamos a las chalupas’, y desde entonces se le quedó ese nombre a los antojitos poblanos”, relató.
Siguiendo en el Paseo de San Francisco, se localiza el primer convento franciscano de toda la región, que abarcaba desde Veracruz hasta Acapulco, Guerrero.
En este vestigio, durante los trabajos de rescate se localizó la habitación que fue de San Sebastián de Aparicio y donde él murió.
A la fecha se protege ésta con un techo, y pronto podría quedar totalmente abierta.
La Casa Aguayo se localiza metros adelante, este inmueble antes era la sede del gobierno indígena, enfrente estaba la casa donde gobernaba el gobierno español y a un lado el primer mercado de la ciudad.
Hoy, ese mercado se conoce como El Alto, un lugar turístico que expende principalmente comida típica poblana y donde los paseantes contratan a los mariachis.
Los Lavaderos de Almoloya son otras de las obras que llaman mucho la atención de los paseantes, entre las inmediaciones de la 14 Oriente y Bulevar 5 de Mayo.
Estos lavaderos municipales se construyeron en el siglo XVII a petición de las propias lavanderas. A diferencia de otros sitios públicos, en éste, tanto ricos y pobres coincidían y compartían el espacio para lavar su ropa.
“Todavía podemos decir que Puebla está cimentada sobre la historia de las historias de la ciudad. Lo más importante de la ciudad es mantener lo que tenemos y mantenerlo bien, después recuperar todo lo nuevo, lo que es nuevo para nosotros, pero que fue edificado hace varios siglos”, comentó.
Recalcó que Puebla es una ciudad viva, con un centro histórico vivo, con mucha cultural, historia, arte y gastronomía.
Sobre su fundación, cuenta la leyenda que Fray Julián Garcés, primer óbispo de Puebla, al estar haciendo oración quedó dormido en el reclinatorio y tuvo un sueño en víspera de las fiestas de honor al arcángel San Miguel.
En éste vio una frondosa y hermosa campiña atravesada por un cristalino río, que aumentaba su caudal con los manantiales que brotaban de la fértil tierra.
Cuando contemplaba esta maravilla de la naturaleza, descendieron del cielo unos ángeles, los cuales con unos cordeles hicieron el trazo de la localidad.
Al despertar de este hermoso sueño reconstruyó todo lo que había soñado, se sintió poseído de una revelación divina, y después de que celebró misa, llevó “la buena nueva” a los religiosos del convento de San Francisco.
Pidió que lo acompañaran a buscar tan hermoso lugar, después de que habían caminado cinco leguas se detuvo y dijo: “este es el lugar que me mostró el Señor donde quiere que se funde la ciudad”.
De ahí que mucha gente conoce a esta metrópoli como Puebla de los Ángeles, ahora Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.- Ángeles González Bretón
Con información de: http://yucatan.com.mx/imagen/
