Rosario Castellanos protagoniza celebraciones del Día del Libro
Ciudad de México, 24 de abril del 2025.- En aquellas tardes, después del trabajo como embajadora en Israel desde 1971 –que fungió hasta su muerte en 1974–, cuando Rosario Castellanos llegaba a casa para encerrarse en su estudio sin excepción intrusiva, en las que su hijo, Gabriel Guerra Castellanos, debía limitarse a escuchar la advertencia del tac, tac, tac detrás de la puerta y mantener la distancia de las perillas que abrían ese mundo intermitentemente inaccesible, hasta que ese tac, tac, tac se detuviera, su madre trabajaba sobre una máquina de escribir Olympia modelo SM-9, pequeña, modesta, considerada entonces como una de las máquinas portátiles por excelencia, apta para oficios como el periodismo y labores literarias afines con repentinas necesidades de desplazamiento.
Esa máquina, la Olympia de Rosario Castellanos, esa bestia que además de escribir chasqueaba como queriendo hablar, es una de las piezas centrales de la exposición “Un cielo sin fronteras. Rosario Castellanos, archivo inédito”, que este jueves queda abierta al público en la Sala 21 del Antiguo Colegio de San Ildefonso, con la exhibición de más de 100 objetos seleccionados minuciosamente del acervo bajo custodia de Gabriel Guerra, muchos de ellos nunca antes expuestos al público, como fotos de toda una vida, manuscritos, grabaciones de voz y otras pertenencias.
La muestra se pone en marcha en el marco de las celebraciones por el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, y a un mes de celebrarse el centenario del nacimiento de una de las autoras más prolíficas y polifacéticas de México, a suceder el 25 de mayo.
Una vida en imágenes
La presentación fue encabezada por Julia Santibáñez, como responsable de la Dirección de Literatura y Fomento a la Lectura de la UNAM; Carmen Tostado, coordinadora de Exposiciones de San Ildefonso; Gabriel Guerra Castellanos, hijo de la autora, y Eduardo Vázquez Martín, en calidad de director del recinto.
“Gabriel sacó estos tesoros, y quienes ahora estamos aquí vimos asombrados cómo empezaban a aparecer fotos de una niña, fotos de abuelos, de viajes, de eventos, de carrera profesional, con su hijo, en fin, empezó a aparecer una vida en pequeñas imágenes (…) tampoco es muy común hacer exposiciones de archivos, porque tienen otra función, la de ser estudiados, pero exponer esta intimidad ha sido todo un reto”, expresó Eduardo Vázquez.
Asimismo, a través de sus fotos y manuscritos, refirió Julia Santibáñez, se abre la ventana a una parte más privada de Castellanos, desde las imágenes de su infancia en Chiapas, cuando Rosario tenía apenas cinco años, así como testimonios visuales de su crecimiento físico, pero también literario.
“No sólo fue desarrollando su talento como escritora, porque la vocación la tuvo desde una edad muy temprana, como se ve en la exposición con unos versos que escribió para una revista infantil, y de cómo fue puliendo las herramientas; pero también su personalidad la fue puliendo, como una obra decantada al arte. Al final de la muestra, lo que vemos en la exposición, es ya una mujer hecha y derecha, muy sólida y en paz, que logró un nivel de bienestar que le costó mucho; a una mujer que ya tenía una certeza de su trabajo literario y que además tenía esos otros ángulos familiares que son poco conocidos (…) se trata de que nos acerquemos a leerla, nos maravillemos de su obra, y, sobre todo, nos encontremos allí, porque estamos en la obra de Rosario Castellanos, no hay nadie que no se pueda encontrar en su obra, porque ella toca sentimientos humanos profundamente individuales y, por eso mismo, hondamente colectivos”, expuso Santibáñez.
¿Hay candidatos para el archivo Castellanos?
Por su parte, Gabriel Guerra ofreció unas breves palabras en el acto de presentación. “No acostumbro, nunca he acostumbrado en 50 años, tomar un lugar protagónico cuando se habla de mi madre. Lo hago este año, primero porque creo que ya cumplí con mi deber de prudencia y discreción (…) celebro que la exposición sea en San Ildefonso, que sea en la UNAM; celebro que estemos cruzando la calle de Templo Mayor, porque la conexión de mi madre con los pueblos originarios siempre fue esencial”.
Después del recorrido, Guerra se detuvo para conversar con la prensa y ofreció detalles sobre el posible destino del acervo bajo su custodia, dado que ha reconocido que éste deberá estar en manos de una institución capaz de catalogar, resguardar, preservar y difundir el archivo de Castellanos.
“No me he planteado nuevamente (el destino del acervo). Aquí tenemos una muestra muy bien escogida del archivo, pero hay cosas que me sigo encontrando, es decir, cuando me meto a mi biblioteca y abro un libro que fue de mi mamá o de mi papá (Ricardo Guerra Tejada), de repente me encuentro una carta, un documento. Nunca nos hemos dado a la tarea de dividir la biblioteca. Con mis medios hermanos, un día vamos a hacer pruebas dactilográficas para ver qué libro llevó quién (…) a lo que voy es que no es un archivo completo y tampoco se pretende que lo sea. Pero hay que pensar muy bien dónde (preservarlo). El chiste es que, donde esté, sea fácilmente accesible, tenga divulgación y promoción, porque puedes tener el lugar más bello del mundo, el mejor cuidado, pero si está cerrado al público pierde mérito. Ésa será una consideración, pero estamos en eso todavía”.
Un paso natural, reconoció, sería legar la custodia del archivo a instituciones o instancias naturalmente vinculadas con Castellanos, como lo fue la propia UNAM, su alma máter; alguna institución chiapaneca, donde la autora vivió su infancia y adolescencia, o bien la propia Cancillería, dada su vocación diplomática. Asimismo, Guerra respondió que hasta el momento no hay acercamiento de instituciones educativas estadounidenses interesadas en el acervo, “y no es una puerta que haya abierto todavía”.
Un mar de celebraciones para Castellanos
De esta manera, comienza la parte cuantiosa del listado de celebraciones dedicadas a la memoria de Rosario Castellanos por instituciones públicas, privadas y universitarias, a unas semanas de celebrarse el centenario de su nacimiento.
La mañana de este mismo miércoles, para rendir honor a la tradición del maratón de lectura colectiva en ocasión del Día Mundial del Libro, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara reunió a decenas de personas en la Explanada de la Rectoría General de la UdeG, en la capital jalisciense, para efectuar la lectura de la novela “Balún Canán” (1957), una de las obras fundamentales de Castellanos.
Por su parte, el INBAL prepara el conversatorio “Rosario Castellanos: mujer de palabras y miradas”, a llevarse a cabo el 25 de mayo en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, mientras que el Fondo de Cultura Económica (FCE) presentará el día 24 de mayo la el número mil de su colección popular, que será la reedición de “Poesía no eres tú” y también lanzará una versión conmemorativa de “Balún Canán”, en coedición con el Municipio de Comitán, Chiapas.
Y para celebrar la presencia de la obra de Castellanos en el mundo cinematográfico, la Cineteca Nacional en sus tres sedes ofrecerá un ciclo de películas basadas en textos de la autora, acompañado por conversatorios y conferencias, con fechas por anunciar.
Éstas, sólo por destacar un puñado de actividades pensadas en honor a una de las figuras fundamentales de la lucha por espacios igualitarios para las mujeres en la vida intelectual y política de nuestro país.
Homenajes a Rosario Castellanos
Más sobre las celebraciones
Conversatorio
- Rosario Castellanos: mujer de palabras y miradas
- 25 de mayo, 12:00 horas
- Sala Manuel M. Ponce, Palacio de Bellas Artes
- “Cartas a Ricardo”
- 25 de abril, 17:00 horas
- Fiesta del Libro y la Rosa
- Centro Cultural Universitario
- Jornadas académicas a Rosario Castellanos
- Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM
- 2, 16 y 23 de mayo
- Proyección cinematográfica
- “Los adioses”
- Dirigida por Natalia Beristáin
- 23 y 25 de mayo
- Librería Rosario Castellanos
Con información de: https://www.eleconomista.com.mx/