Colaboraciones

Charlas de taberna | Iba a desalojarlos; terminó en tragedia | Por: Marcos H. Valerio

En los rincones de Chalco, donde las calles guardan historias de lucha y supervivencia, el nombre de Doña Carlota resonaba hasta hace poco como el de una mujer fuerte, una madre o abuela que defendió lo suyo con uñas y dientes. Su casa, en la Unidad Habitacional Ex-Hacienda Guadalupe, era su fortaleza, un refugio construido con esfuerzo en medio de un mundo que no siempre es amable con los suyos.

Pero el destino, caprichoso y cruel, ha dado un giro inesperado a su relato. Hoy, Doña Carlota no es solo la guardiana de su hogar, sino una figura señalada por la ley, atrapada en un torbellino que la llevó de víctima a victimaria.

El comunicado oficial nos pinta un cuadro sombrío: el 1 de abril de 2025, dos hombres perdieron la vida por disparos de arma de fuego en la calle Hacienda La Labor. Las autoridades, con su despliegue de tecnología y uniformes, señalan a Carlota «N», junto a Eduardo «N» y Mariana «N», como los presuntos responsables.

Un Ford gris, dos pistolas y un operativo conjunto entre la SSEM, las policías municipales y la Fiscalía del Estado de México cierran el cerco sobre ellos. Pero detrás de los fríos datos oficiales, hay una historia que merece ser contada, una que trasciende las líneas del parte policiaco.

Doña Carlota no era una extraña para esos dos hombres. Según los rumores que corren por el barrio y que la justicia aún no confirma o desmiente, ellos habían ocupado su casa, ese pedazo de tierra que ella había levantado con sacrificio.

Cansada de esperar una solución legal, Carlota decidió actuar. Iba a desalojarlos, a recuperar lo que era suyo, pero lo que comenzó como un intento de defender su hogar terminó en tragedia. Dos vidas se apagaron, y con ellas, la narrativa de la Carlota protectora.

Ahora, el peso de la ley la señala como parte de un acto violento, y el Ford gris que la llevó a la captura es el símbolo de una huida que no llegó lejos.

No justifico la violencia, no aplaudo la muerte. Pero me pregunto: ¿qué llevó a Doña Carlota a cruzar la línea de la justicia.

Botón volver arriba