Salud y Belleza

¿Aprendemos mejor si nos movemos? La relación entre el ejercicio físico y el aprendizaje

Ciudad de México, 31 de marzo del 2025.- Si alguna vez ha sido capaz de resolver un problema después de dar un paseo rápido o se le ha ocurrido la solución a una dificultad mientras nadaba unos largos en la piscina, no es casualidad: la actividad física promueve la activación neurológica y fisiológica, algo que favorece un rendimiento óptimo durante tareas cognitivamente exigentes.

La investigación ha demostrado que la actividad física genera procesos neurofisiológicos que favorecen el aprendizaje: el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos, un mayor flujo sanguíneo en el cerebro –que genera cambios en la liberación de neurotransmisores–, la formación de nuevas sinapsis entre neuronas, la formación de nuevas neuronas y cambios en la estructura del sistema nervioso central.

¿Vale cualquier ejercicio? ¿Cómo podemos sacar partido a esta relación entre ejercicio y actividad neurológica?

¿Qué tipos de ejercicio favorecen más el aprendizaje?

Podemos distinguir dos grandes tipos de ejercicio físico: el aeróbico y el anaeróbico. El primero se define como una actividad física cardiorrespiratoria repetitiva que aumenta la frecuencia cardíaca y en el que se utiliza el oxígeno para oxidar grasas y generar la energía de los músculos.

Este tipo de ejercicio puede realizarse durante un periodo largo de tiempo y se utiliza para mejorar la salud cardiovascular general (nadar, caminar, ir en bicicleta).

En cambio, el ejercicio anaeróbico se define como una actividad física vigorosa, que se produce en espacios de tiempo cortos y que, a menudo, es rápida. En este tipo de ejercicio se consume el glucógeno y, por tanto, se lleva a cabo sin depender del oxígeno como fuente de generación de energía. Se trata de actividades como el levantamiento de pesas, la calistenia, los sprints o el CrossFit.

Diversos estudios han encontrado que la actividad aeróbica se relaciona con mejoras en diferentes procesos cognitivos y en el rendimiento académico. En cambio, los estudios que han examinado el papel del ejercicio anaeróbico en las capacidades cognitivas han arrojado resultados menos claros.

Si bien algunos han demostrado que la actividad anaeróbica de alta intensidad puede producir mayores beneficios cognitivos que el ejercicio aeróbico en adultos jóvenes, varios estudios que utilizaron ejercicio anaeróbico como parte de una intervención, tanto con niños como con adultos, no encontraron beneficios cognitivos significativos asociados con él.

De este modo, si bien el ejercicio anaeróbico puede estar asociado con algunas mejoras en la función cognitiva, no parece producir tantos beneficios cognitivos como la actividad aeróbica. Incluso un metaanálisis indicó que el primero podría producir efectos negativos durante las tareas cognitivas.

¿Qué tipos de aprendizaje mejoran con el ejercicio físico?

La actividad aeróbica se relaciona con mejoras en la atención, la resolución de problemas, la memoria y la función ejecutiva.

Además, las intervenciones de ejercicio aeróbico resultaron en mejoras significativas en el rendimiento académico en niños en edad escolar. Concretamente, se relacionó con un mejor promedio de sus calificaciones, el coeficiente intelectual y el rendimiento en matemáticas, en lectura, en ciencias y en inglés.

El ejercicio físico aeróbico ha demostrado beneficios cognitivos tanto en intervenciones puntuales o de corta duración como en entrenamientos prolongados, lo que lo convierte en una estrategia clave para mejorar el rendimiento académico.

Además, las mejoras que el ejercicio físico aporta se llevarían a cabo desde el primer momento. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Delaware (Estados Unidos) mostró que en un grupo de niños de educación primaria que realizaron una tarea de aprendizaje de vocabulario, aquellos niños que nadaron durante tres minutos tras dicha tarea retuvieron significativamente más palabras que los que estuvieron en reposo y que los que realizaron un ejercicio anaeróbico.

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¿Como combinar el ejercicio físico con las tareas académicas?

Diversas investigaciones han demostrado que aumentar el tiempo de educación física mejora el rendimiento académico, incluso cuando se reducen las horas de otras materias. Sin embargo, una hora adicional de educación física a la semana tiene un impacto limitado, por lo que se requieren estrategias complementarias, como el deporte extracurricular.

Una estrategia satisfactoria es la combinación del ejercicio puntual y el entrenamiento regular. Múltiples estudios han mostrado que esta combinación potencia los beneficios cognitivos, en comparación con su aplicación por separado. Así, en entornos educativos, se ha probado que la integración de pequeñas dosis de ejercicio aeróbico con tareas cognitivas durante varias semanas tiene efectos positivos.

Un ejemplo exitoso es el programa Energizers, que incorporó actividad física en las clases y mejoró significativamente la atención de los estudiantes, con un impacto mayor en aquellos con dificultades de concentración. Por ello, estrategias que integren ejercicio puntual y regular parecen ser una de las formas más eficaces de potenciar la cognición y mejorar el desempeño en el trabajo y la escuela.

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¿Antes, durante o después?

Sin embargo, aunque se han demostrado los beneficios del ejercicio físico en el aprendizaje, especialmente del aeróbico, quedan muchas incógnitas por dilucidar. Necesitamos más investigación sobre en qué medida beneficia al aprendizaje que se aplique el ejercicio antes, durante o después de dicha actividad de aprendizaje.

Tampoco hay estudios concretos que analicen si dentro del ejercicio aeróbico hay algunas actividades concretas (nadar, caminar, ir en bicicleta) que presentan más mejoras que otras y si las mejoras de la actividad física son superiores en uno u otros tipos de procesos cognitivos (memoria, atención, razonamiento, etc.) o en diferentes actividades (vocabulario, lectura, matemáticas, etc.).

Lo que sí que está claro es que mantener una actividad física constante y de intensidad moderada tiene beneficios tanto en la capacidad general de aprendizaje como en el bienestar general.

Con información de: https://www.eleconomista.com.mx/

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