Urge el Papa Francisco al diálogo y la colaboración en Venezuela
Por Andrés Beltramo Alvarez. Corresponsal
Ciudad del Vaticano, 27 Mar (Notimex).- El Papa Francisco pidió hoy en su mensaje Pascual a quienes tienen en sus manos el destino de Venezuela a promover el diálogo y la colaboración, para que el país abandone “las difíciles condiciones en las que vive”.
Asomado al balcón central de la Basílica de San Pedro y ante más de 100 mil personas congregadas en la plaza vaticana, el Papa pasó revista a los principales focos de tensión del mundo, condenó el terrorismo y clamó por los refugiados.
Aseguró que Dios ha vencido “el egoísmo y la muerte”, y imploró que su mensaje se proyecte cada vez más sobre el pueblo venezolano, así como sobre los que tienen en sus manos el destino del país, para que se trabaje en pos del bien común, buscando formas de diálogo y colaboración entre todos.
“Y que se promueva en todo lugar la cultura del encuentro, la justicia y el respeto recíproco, lo único que puede asegurar el bienestar espiritual y material de los ciudadanos”, añadió.
“El mundo está lleno de personas que sufren en el cuerpo y en el espíritu, mientras que las crónicas diarias están repletas de informes sobre delitos brutales, que a menudo se cometen en el ámbito doméstico, y de conflictos armados a gran escala que someten a poblaciones enteras a pruebas indecibles”, constató.
Pidió que Cristo resucitado indique caminos de esperanza a Siria, un país desgarrado por un largo conflicto, con su “triste rastro de destrucción, muerte, desprecio por el derecho humanitario y la desintegración de la convivencia civil”.
Encomendó a Dios las conversaciones en curso, para que, con la buena voluntad y la cooperación de todos, se puedan recoger frutos de paz y emprender la construcción una sociedad fraterna, respetuosa de la dignidad y los derechos de todos los ciudadanos.
Urgió a una mejor convivencia entre israelíes y palestinos en Tierra Santa, así como la disponibilidad paciente y el compromiso cotidiano de trabajar en la construcción de los cimientos de una paz justa y duradera a través de negociaciones directas y sinceras.