Colaboraciones

Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | El atentado contra Pascual Ortiz Rubio

El 5 de febrero de 1930, Pascual Ortiz Rubio, recién investido como presidente de México, vivió uno de los episodios más tensos y oscuros de la historia política del país.

Aquel día, la ceremonia de toma de protesta se desarrollaba solemnemente, era entrar a la historia con todos los honores.

Sin embargo, lo que debía ser el inicio de una nueva etapa para el gobierno mexicano, se convirtió en una escena dantesca que marcó el resto de su mandato y su vida

Alrededor de las dos de la tarde, Ortiz Rubio entre abrazos y vivas, salió del Palacio Nacional acompañado por su gabinete y elementos de seguridad. Al subir a su automóvil oficial para dirigirse a su residencia, un hombre se acercó al vehículo y le disparó.

El agresor, Daniel Flores González, logró acercarse y realizó dos disparos, uno de los cuales impactó en la mandíbula del presidente, causándole una herida grave. El equipo de seguridad detuvo al atacante en medio del caos.

El presidente Ortiz Rubio fue trasladado a la residencia presidencial, donde fue atendido por médicos. La bala había atravesado su mandíbula.

Daniel Flores fue identificado como miembro de una célula política disidente. Las primeras investigaciones apuntaban a que el atentado estaba motivado por las tensiones políticas que caracterizaban al gobierno de Ortiz Rubio, quien había llegado al poder por la influencia de Plutarco Elías Calles.

El atentado debilitó aún más la posición de Ortiz Rubio, quien ya enfrentaba una crisis de autonomía frente al poder de Calles.

El presidente logró recuperarse físicamente, pero el ataque dejó una marca indeleble en su gobierno.

Las audiencias en contra del tirador, Flores fueron caóticas. Daniel rechazó al abogado que lo defendía porque él no lo había designado. La policía sacó a Flores con violencia de la audiencia. Días adelante el juez declaró a la prensa que la madre del reo había muerto de pena.

Dos de los hermanos de Daniel Flores fallecieron por herida de bala, y en torno al detenido -cuando murió- 23 de abril de 1932, dijo el procurador José Aguilar y Maya; “Amaneció muerto de un ataque cardiaco”.

Mientras en la esfera política, la intromisión de Elías Calles hizo insostenible la presencia de Pascual Ortiz Rubio en el gobierno, por lo que renunció a la presidencia el 2 de septiembre de 1932.

Escribió: ”Salgo con las manos limpias de sangre y dinero, y prefiero irme, y no quedarme aquí sostenido por las bayonetas del ejército mexicano”.

Botón volver arriba