“La de las mujeres, una historia que tiene su propia politicidad”
Guadalajara, Jal., 11 de diciembre del 2024.- En una investigación que hizo en Ciudad Juárez la antropóloga y activista argentina Rita Segato llegó a la conclusión de que la violencia sexual es expresiva y no instrumental. El pasado 4 de diciembre dictó la conferencia magistral “Cuerpo, género, soma psíquico y consciencia: para qué pensarlo en tiempos del fin del mundo”, en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
En el evento estuvo acompañada de la escritora Julia Santibáñez, titular de la Dirección de Literatura y Fomento a la Lectura de la UNAM, y de Mara Robles Villaseñor, académica de la Universidad de Guadalajara.
En la conferencia, Segato reflexionó sobre varias nociones que han irrumpido en la discusión académica y social. “El concepto de género permitió pensar la falta de determinación biológica respecto a la construcción de las personas”, afirmó.
Así explica que el cuerpo no es garantía de quiénes somos, ya que no determina toda la composición de los estratos de las personas. “El cuerpo mismo no garantiza que podamos actuar desde algo que llamamos un ser femenino o lo que denomino una politicidad de cuño femenino”.
A decir de la escritora, masculino y femenino no son dos cuerpos, son dos historias diferentes. Una historia que se dirige a la construcción del Estado; y otra, la de las mujeres, que deriva de una historia de gestión y que tiene su propia politicidad.
Rita Segato trabaja en la Universidad de Brasilia, es doctora en Antropología Social por la Queen’s University Belfast. Además, es escritora, experta en temas de raza y derechos humanos. Entre sus libros están La guerra contra las mujeres y La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez.
De una de sus investigaciones en una cárcel con presos violadores, concluyó que la dominación sexual sobre el territorio del cuerpo de la víctima es un enunciado; es decir, “la violencia sexual es expresiva y no instrumental”.
“Dicho enunciado se va a transformar en un espectáculo y el crimen sexual en un crimen político y público. Lo que le retira su carácter público es consecuencia de la nuclearización del espacio doméstico y su transformación en privado y en íntimo”.
El crimen sexual contra las mujeres se transforman en uno menor, porque aunque sus cuerpos aparezcan en las calles y nunca se pueda atribuir a una relación de intimidad, los feminicidios siempre terminan empujados al rincón de los delitos menores.
Esto lo atribuyó a que “lo femenino está profundamente anclado en un espacio doméstico que ha sido completamente despolitizado, pero no lo fue a lo largo de la historia. No obstante, ese espacio doméstico no era ni íntimo ni privado y así continúa en sociedades de estructura comunal”.
Los crímenes perpetrados en Ciudad Juárez, de los que realizó una investigación, no son un problema de impunidad, sino una exhibición de ésta, expresó Rita Segato. Estos hechos son ejemplos de asesinatos expresivos, que también los denomina como delitos de jurisdicción.
Al no solucionarlos, la autoridad se expresa desde un lugar oculto y muestra que tiene un poder y un control sobre la jurisdicción.
con información de https://www.gaceta.unam.mx/