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Trabajo Social, disciplina que promueve la perspectiva de género y los derechos humanos

Ciudad de México, 23 de noviembre del 2024.- En ocasión de la Jornada Universitaria 25N, Carmen Casas Ratia, Zoraida García Castillo y Fabiola Pozadas Torres formaron parte del conversatorio Vivir para sobrevivir: testimonio de una tentativa de feminicidio

La violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo una de las transgresiones a los derechos humanos más extendidas y generalizadas a nivel global, aseveró la directora de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, Carmen Casas Ratia.

Datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indican que una de cada tres mujeres en el mundo ha sido víctima de ella ya sea física y/o sexual al menos una vez en su vida, expuso. La de género no es un fenómeno aislado, es el resultado de desigualdades estructurales que se reproducen en todos los ámbitos de la vida cotidiana. De acuerdo con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, se define como cualquier acto u omisión que cause daño psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o muerte, tanto en el ámbito privado como público.

Al participar en el conversatorio Vivir para sobrevivir: testimonio de una tentativa de feminicidio, organizado por la ENTS en ocasión de la Jornada Universitaria 25N, destacó: Es grave el impacto que puede provocar ese fenómeno o un feminicidio en la vida de las personas y sus familias, así como en la sociedad. “Las consecuencias son devastadoras y las repercusiones para quien logra sobrevivir, pueden ser permanentes”. Dijo que según ONU Mujeres se calcula que en el orbe 736 millones han sido víctimas de violencia física o sexual, o ambas, por parte de su pareja, al menos una vez en su vida. “En 2023 alrededor de 51 mil 100 mujeres y niñas en el mundo murieron a manos de su pareja u otros miembros de su familia; es decir, se asesinó a una cada 10 minutos; en 2024 una de cada ocho mujeres y niñas de entre 15 y 49 años han sufrido violencia en pareja”, argumentó Casas Ratia. En el caso de México los feminicidios son un grave problema que debe atenderse, pues cada día, en promedio, de nueve a diez personas son asesinadas, señaló.

En este contexto, recordó: información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, indica que en 2023 de las más de 3 mil 439 asesinadas solo 831 –menos de 25 por ciento– fueron investigadas bajo los protocolos de feminicidio, lo que significó una media de 2.2 fallecidas por razón de género, cifra superada por los crímenes registrados en mayo 2024, el mes con mayor número de estos ilícitos. Mientras que el Atlas de Feminicidio de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México refiere que en la capital del país cinco alcaldías concentran el mayor número de casos: Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc, Tlalpan y Álvaro Obregón. Durante el periodo de 2019 a septiembre 2024 se registraron 416. Casas Ratia resaltó que Trabajo Social es una disciplina que promueve ampliamente la perspectiva de género y los derechos humanos. En ese sentido, a partir de su vinculación con las instituciones de impartición de justicia se aborda esta temática a través del peritaje realizado por profesionales de esta área, quienes participan en las investigaciones analizando el contexto de la víctima, sus relaciones sociales, familiares y de pareja, información que permite evidenciar agresiones previas a la antesala del feminicidio.

A su vez, la directora da la Escuela Nacional de Ciencias Forenses de la UNAM, Zoraida García Castillo, recordó que se trata de un delito de odio y dijo estar convencida de que la labor pericial mediante Trabajo Social es útil y necesaria en el análisis de delitos graves como feminicidio y agresión familiar, pero también en los de desaparición y trata de personas, casi siempre, ligadas con delincuencia organizada. En el auditorio Manuel Sánchez Rosado de la ENTS subrayó: si esos peritajes se realizan de forma multidisciplinaria, es decir, si además de los profesionales de dicha disciplina participan especialistas de Sociología, Historia, Derecho y Antropología, entre otros, se vuelven más completos y complejos esos informes. No somos víctimas porque seamos mujeres, el problema es que la violencia hacia nosotras existe; no la propiciamos, por lo general la sufrimos en un contexto familiar, de confianza, no nos damos cuenta porque su naturalización es algo que la sociedad construye desde un inicio, detalló. “Nacemos con un papel determinado en la sociedad: obedecer, hacer los quehaceres del hogar y ser cuidadoras; es decir, realizar una serie de tareas en nuestro contexto social que nos pone en una situación para ser violentadas”.

Zoraida García puso como ejemplo el peritaje realizado por especialistas de la ENTS en el caso de Fabiola Pozadas Torres, sobreviviente de feminicidio. Sirvió para visibilizar que no se trató de un asunto de violencia interfamiliar, sino de tentativa de feminicidio. Testimonio Al hablar de su caso, Fabiola Pozadas comentó que es importante que las mujeres comprendan la magnitud y cercanía del daño contra ellas, en particular de los feminicidios, un problema que podrían vivir. La arquitecta de formación refirió que esta problemática debe ser abordada con creatividad para aprender, ver y describir, “salirnos de nuestra expertise y no solo abordarlo desde el Trabajo Social, también es bueno verlo desde la Psicología o la Antropología, por ejemplo; son muchas las disciplinas o especialidades que me fueron explicando qué fue lo que me pasó”. Apuntó que “la piedra más grande” a la que se enfrentó fue no creer que una persona cercana a ella cometiera este delito. El asesinato de la pareja casi siempre es planeado por un hombre, las mujeres han terminado la relación antes del delito, pero el perpetrador no lo acepta. Los daños son numerosos y es doloroso cuantificarlos.

con información de https://www.unam.mx/

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