Salud y Belleza

Tras Otis y John: Solastalgia y el costo emocional del cambio climático

Ciudad de México, 06 de octubre del 2024.- Más allá de las pérdidas materiales que han dejado los huracanes Otis y John, también hay que tomar en cuenta la salud mental de los afectados.

Los huracanes Otis (2023) y John, del pasado 23 de septiembre, dejaron una huella imborrable en Guerrero, especialmente en Acapulco. Más allá de las pérdidas materiales, cuantificadas en miles de millones de pesos ¿qué sucede con sus habitantes? ¿Cómo manejar los efectos de la salud mental que deja el cambio climático?

  • 2024: huracán John dejó pérdidas por 50,000 millones de pesos
  • 2023: huracán Otis dejó pérdidas por 16,000 millones de dólares (308 millones de pesos)

«Lo material no es la única pérdida” Alice Poma, investigadora titular de tiempo completo en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, señala, en entrevista con El Economista, que los desastres naturales sucesivos generan un trauma que va más allá de lo material. “Hay que prestar atención a los impactos y efectos también emocionales, no sólo psicológicos del individuo, también sociales, porque, por ejemplo; muchas afectaciones o desastres uno tras otro también hace sentir a la gente más insegura”.

De acuerdo con la especialista, lo ideal es que el Estado brinde las alternativas para prevenir y luego superar los fenómenos climatológicos que cada vez son más intensos debido al cambio climático, el sentir de cada persona respecto a su vivencia es totalmente diferente, aunque también está la necesidad de reflexionar sobre alternativas colectivas.

En Acapulco ya son dos veces (que un huracán causó grandes daños) y van a ser más porque las costas son las zonas que serán más afectadas, pero en las ciudades también vamos a ser muy afectadas y afectados a nivel, por ejemplo, soberanía alimentaria, vamos a tener problemas y seguimos con esos niveles de sequía como pasó en la primavera; entonces, la idea es que sí hay trauma, pero más allá del trauma hay que pensar en el problema general”, indica Alice Poma. “Solastalgia”, el otro sentimiento Otro tipo de emoción es la Solastalgia, un término que hace referencia a una emoción que mezcla la nostalgia y dolor por un territorio: “Tú puedes vivir en Ciudad de México y sentir solastalgia si tienes, por ejemplo, muy buenos recuerdos de Acapulco; ves destrozada esa playa donde pasaste muy buenas vacaciones y entonces puedes sentir muchas emociones”, menciona la investigadora.

Entre las emociones por ese hecho están la tristeza, ansiedad, preocupación u otras más; sin embargo, no se tiene un trauma tal como el que padecen los habitantes de la zona que perdieron sus casas o seres queridos.

Otro ejemplo es quienes viven en la misma ciudad, pero no pasaron por una situación idéntica: «Una persona en Acapulco que vio su casa destrozada, inundada, que ha perdido todo, va a sentir ciertas emociones que no es lo mismo que siente la misma persona de Acapulco que tuvo la suerte de vivir en lo alto del cerro y no tuvo afectaciones, por ejemplo, materiales, pero igual les duele lo que pasó a su ciudad”, explica Poma. La clase de dolor no es de luto, pero sí tiene un vínculo hacia los afectos. Huracanes y atenciones De acuerdo con Greenpeace, “los huracanes son tormentas masivas que se arremolinan rápidamente alrededor de un centro de aire caliente”, y necesitan cuatro puntos para desarrollarse:

  1. Calor en la capa superior del océano
  2. Un alto grado de humedad en el aire
  3. Vientos favorables
  4. Rotación

con información de https://www.eleconomista.com.mx/

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