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Viruela del mono: es la hora de la solidaridad

Ciudad de México. 25 de agosto del 2024.- En 2022, de forma bastante inesperada, se produjo el mayor brote de mpox (como recomienda llamar ahora universalmente a la viruela del mono la Organización Mundial de la Salud) fuera del continente africano con cerca de 100 000 casos, incluidas 208 muertes en 116 países.

La enfermedad estaba causada por el virus del tipo II y se transmitió principalmente a través del contacto sexual. España, junto con EE. UU. y Brasil, fue uno de los países con mayor número de casos (más de 8 000 casos y 3 fallecimientos).

La Organización Mundial de la Salud llegó a declarar la mpox emergencia sanitaria internacional. El diagnóstico temprano, la concienciación y colaboración con los colectivos más afectados, la vacunación de los infectados y sus contactos, y el uso de antivirales en los casos más graves permitieron controlar la epidemia.

Un virus, dos linajes
De este virus hay dos linajes (grupos o clados) genéticamente distintos: el clado I, que hasta ahora se encontraba en la zona de África central, y el clado II, de la zona de África occidental.

En el pasado se había informado que el clado I se asociaba con síntomas clínicos más graves y una mayor mortalidad, de hasta el 3 %, en comparación con el clado II. Estos linajes se subdividen además en subclados Ia y Ib, y IIa y IIb, respectivamente. La epidemia del 2022 fue causada por el clado IIb, menos grave.

Lo que está ocurriendo ahora en África
Durante este año 2024, la República Democrática del Congo ha notificado más de 16 000 casos de mpox que se han cobrado más de 500 vidas. En todos los casos, el causante era el clado I del virus.

La mayoría de los contagios y las muertes notificadas se producen entre menores de 15 años (el 66 % del total de casos y el 82 % del total de muertes). Es el mayor brote de estas características ocurrido hasta ahora en África.

En los últimos meses se ha confirmado la extensión en varios países vecinos y se han detectado casos similares en Burundi, República Centroafricana, Congo, Ruanda, Uganda y Kenia.

El contagio de persona a persona ocurre a través del contacto físico cercano. Puede ser cara a cara, hablando o respirando cerca, a través las gotitas que se excretan. Pero también por el contacto con la piel, boca a boca o boca a piel. En definitiva, la transmisión de este virus es tanto sexual como no sexual. E incluso puede producirse a través de material contaminado como ropa, toallas o mantas.

La mpox puede infectar a todos los grupos de edad, pero los datos muestran que el clado Ia es más frecuente en niños y adolescentes, mientras que el clado Ib se encuentra principalmente en adultos y está asociado con la transmisión sexual.

Un serio problema de salud pública
La mayor gravedad del clado I (en comparación con el clado II que causó la epidemia de 2022), su extensión por varios países africanos y el hecho de que esté afectando a niños y adolescentes es un problema de salud pública serio y motivo de preocupación. Esta es la razón por la que la Organización Mundial de la Salud ha vuelto a declarar, por segunda vez, la mpox como emergencia sanitaria internacional.

Hay que tener en cuenta que la situación social, económica y epidemiológica y los sistemas de salud en África son muy distintos a los de Europa. Hasta la fecha, todavía hay incertidumbres significativas sobre las principales rutas de transmisión, la transmisibilidad y la gravedad de los dos tipos de virus (clados I y II), así como sobre las consecuencias que pueden ocurrir en África y en el resto del mundo. La transmisibilidad, la gravedad de la enfermedad y la tasa de mortalidad de un virus también dependen del entorno.

Posibilidad de más casos en Europa, pero riesgo bajo para la población general
Ya se ha notificado un caso de mpox del clado Ib en la Unión Europea, y es probable que se produzcan más casos importados. Por lo tanto, es importante que los países europeos estén preparados para manejarlos y evitar la transmisión secundaria.

Según el ECDC, actualmente el riesgo global para la población general de la Unión Europea se considera bajo, sobre la base de una probabilidad muy baja y un impacto igualmente bajo.

Evidentemente, el riesgo de infección aumenta si se viaja a los países afectados y se tiene contacto cercano con las comunidades afectadas. De todas formas, se espera que para la población general la gravedad de la enfermedad sea baja. Sin embargo, el riesgo de enfermedad grave aumenta en aquellos infectados con otras afecciones subyacentes, particularmente en los individuos inmunocomprometidos.

Es el momento de la vigilancia…
Para detectar casos y prevenir la transmisión secundaria, entre otras medidas, el ECDC recomienda sensibilizar a los profesionales de la salud sobre la posibilidad de infección por mpox asociada a los viajes a los países afectados; garantizar una vigilancia eficaz (pruebas de laboratorio y epidemiológicas); aislar rápidamente cualquier caso sospechoso hasta que se demuestre que es negativo y, si es positivo, hasta que se resuelvan los síntomas; implementar el rastreo de contactos y realizar pruebas a los contactos cercanos de casos confirmados; proporcionar consejos de viaje y vacunas a personas que visitan o regresan de países con brotes confirmados; continuar con las actividades de comunicación de riesgos y trabajar con organizaciones de la sociedad civil para involucrar a la población.

… y de la solidaridad
La declaración de emergencia sanitaria internacional es una llamada a la solidaridad. La mejor forma de controlar un brote de este tipo es actuar en el origen y cuanto antes. Ahora hay que dedicar recursos (diagnóstico, tratamiento y prevención, vacunas) a los países africanos, no a cerrar fronteras.

En la mayoría de los casos la enfermedad es leve, conocemos el virus, sabemos cómo se transmite, tenemos vacunas y antivirales, parece ser que el haber pasado la infección o la vacunación protegen de por vida. Es el momento de recordar aquella hazaña de la que fuimos protagonistas: la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, que llevó la vacuna de la viruela por el continente americano hasta Filipinas y contribuyó a erradicar la enfermedad.

¿Se acuerdan de aquel titular alarmista sobre la cepa californiana del SARS-CoV-2 que anunciaba “El demonio ya está aquí”? ¿Alguien recuerda qué pasó con dicha cepa? Ojalá en este momento los políticos no vuelvan a usar una enfermedad como arma arrojadiza y los medios de comunicación sean capaces de informar de forma veraz y con rigor.

La versión original de este artículo fue publicada en el blog del autor, microBIO. The Conversation

Ignacio López-Goñi, MIembro de la SEM (Sociedad Española de Microbiología) y Catedrático de Microbiología, Universidad de Navarra

 

con información de https://www.eleconomista.com.mx/

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