Pachuca, Hgo., a 21 de agosto de 2024. En mi carácter de Presidente de la Barra Mexicana Colegio de Abogados del Estado de Hidalgo, A.C., expreso mi solidaridad con las y los trabajadores del Poder Judicial Federal en defensa de sus derechos laborales ante la reforma judicial.

Hay que manifestar que el tema jurisdiccional es parte de una división de poderes, diversos teóricos han referido que un Estado moderno tiene territorio, población y gobierno, nuestro gobierno es una república representativa, democrática y federal, con base en el artículo 49 de la carta magna, que el supremo poder de la Federación se divide para su ejercicio en legislativo, ejecutivo y judicial, de ahí que hoy nos hemos superado y desde entonces hemos creado no solo una división de poderes, sino mecanismos de rendición de cuentas.

Orgullo de nuestro sistema jurídico, es ser creadores del juicio de amparo, el cual con el paso de los años se ha ampliado, gracias a un poder judicial fuerte, que a lo largo de los años, ha logrado independencia, imparcialidad, objetividad, y desde luego un enorme respeto en nuestro país.

Ese poder judicial federal que desde luego está conformado por diversos mecanismos, encabezado por una Suprema Corte de Justicia de la Nación, es hoy un poder que nos llena de orgullo, los miembros de ese poder a través de una reforma donde la carrera judicial se vuelve la norma para evitar el nepotismo y los compadrazgos, promovida por el anterior presente de la corte, Arturo Saldívar, es evidente que debe ser aplicada, no podemos desde luego esperar que las personas que sean parte de este poder judicial federal no sean en base a una carrera de méritos, de exámenes serios, de estudios profesionales y de pensar en servir a la sociedad.

Sin duda ese poder judicial es perfectible, tiene muchas áreas de oportunidad, habrá que explorarlas, la sociedad debe conjuntarse para encontrar mecanismos que nos permitan lograr justicia pronta; justicia en sí, sin embargo, no podemos regresar a tiempos de Cristo, donde Poncio Pilatos se lavó las manos; no podemos regresar a tiempos de la santa inquisición, donde la delación secreta, se volvió la principal arma para castigar a las personas; no podemos regresar a la época, previa a esta Suprema Corte de Justicia, donde los ministros son electos por compadrazgos y no por méritos; pero lo más importante no podemos permitir que las ideas siendo generosos con la palabra sean la norma que defina la función jurisdiccional.

Es claro que 1633 Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito, no pueden ser sustituidos a través de la democratización, no trivialicemos el tema de la justicia, esa voluntad firme y perpetua de darle a cada cual lo que le corresponde no solo es un anhelo, es una aspiración de una sociedad democrática y un deber de un estado de derecho.

Como barra, aglutinadora de abogadas y abogados serios y comprometidos por nuestro país, sin duda consideramos que cualquier ocurrencia de cualquier persona, no debe entenderse como una oportunidad para concentrar el poder y permitir el acceso a una pretendida tiranía que es en lo que degenera cuando un poder es superior a los otros; bastante daño, nos ha hecho el supremo poder conservador, mucho nos ha afectado el presidencialismo  que hemos tenido, basta ya de esa dictadura imperfecta de la que hablaba Vargas Llosa; lo que tenemos que hacer es respetar el estado de derecho, fortalecer el poder judicial federal y local, buscar mecanismos para que la justicia sea eso justicia, pero no en base a ideas, producto de cuestiones mal informadas o malintencionadas que sólo llevarán a una sociedad que sufrirá las consecuencias tarde que temprano.

Como exigirle a un juez o jueza que fue electo con apoyos de grupos económicos, de grupos delincuenciales o de ciertos grupos económicos y que no velará por los justiciables, no podemos permitir que hoy grupos vulnerables como indígenas, mujeres, niñas, adultos mayores, toda esa jurisprudencia, en torno a ellos sea aplicada por gente inexperta, que lo único que hace es servir a intereses poderosos, desde luego, desde nuestra trinchera, no sólo haremos posicionamiento sino defenderemos en todo momento la independencia del poder judicial, que sea eso un poder fuerte, un poder que aplique el derecho, que desde luego si no estamos conforme con sus fallos, tengamos un mecanismo de medios de impugnación, pero que cada día se siga fortaleciendo la progresividad del derecho humano que a partir del 2011, orgullosamente se aplica nuestro país, vamos a sentirnos orgullosos de Otero y Rejón y VAMOS A DEFENDER AL PODER JUDICIAL FEDERAL, QUE ES EL ÚLTIMO REDUCTO DEL CONTROL DE LA CONSTITUCIONALIDAD Y DE LA LEGALIDAD DE LOS ACTOS DE LA AUTORIDAD EN CONTRA DE LOS PARTICULARES.

ANTONIO MÁRQUEZ HIDALGO

                  PRESIDENTE DE LA BARRA MEXICANA COLEGIO DE ABOGADOS DEL ESTADO DE HIDALGO.