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Se alistan Biden y Trump para primer round de carrera presidencial

Washington y Nueva York, 27 de junio del 2024.- El primer debate entre los contendientes para gobernar el país más poderoso del mundo se prepara como si fuera una noche de lucha libre: uno de los candidatos está demandando pruebas de droga para ambos, cada uno esta burlándose del otro, y ambos buscando como influir sobre los árbitros – en este caso dos conductores de CNN – en su manejo del combate verbal y controlar al que busque violar las reglas.

El debate entre los principales dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos programado para la noche del jueves será por mucho el evento más visto de la contienda electoral hasta la fecha – según sondeos, una mayoría de los adultos dicen que verán por lo menos una parte.

Para los dos candidatos, ésta es una oportunidad para intentar romper el empate en las preferencias con menos de 5 meses antes de la elección. El promedio de las encuestas más recientes calculadas por el New York Times, registran un empate de 46 por ciento de apoyo para cada uno (lo cual es positivo para Biden quien estaba perdiendo).

En una producción muy bien orquestada, el presidente Joe Biden se encontrará con el ex mandatario Donald Trump en los estudios de CNN en Atlanta con condiciones negociadas sobre cuanto tiempo antes de que se corte el micrófono de cada quien en su turno (2 minutos), que se permite tener en el podio (pluma, papel y una botella de agua) y que no (tarjetas con texto o cualquier otro tipo de material con texto).

A diferencia de un combate de lucha libre, no habrá un público en vivo, y los moderadores de CNN, Dana Bash y Jake Tapper, se han comprometido a facilitar el intercambio pero no ser “participantes” o verificadores de lo dicho. Esto es un concurso entre los dos candidatos presidenciales más viejos de la historia que abiertamente han expresado su desprecio y hasta odio del otro y diferencias marcadas sobre sus proyectos políticos.

Foto Ap

Además, el concurso marca la primera vez que habrá en el ring del debate un candidato que es criminal convicto y que aun enfrenta por lo menos dos juicios federales y uno estatal sobre su papel en buscar interferir y descarrilar en un proceso electoral y por manejo indebido de documentos secretos de seguridad nacional.

Según sondeos, el consenso nacional de la mayoría es que no quieren a ninguno de los dos en la presidencia. Seis de cada 10 estadounidenses dicen que tienen una percepción desfavorable de ambos candidatos, según el sondeo más reciente de AP/NORC.

Para Biden, uno de los grandes retos es superar las percepciones de deterioro físico y mental por su edad que lo han perseguido tanto dentro como fuera del Partido Demócrata. Biden anotará puntos si logra sencillamente mantenerse parado en su podio por dos horas, responder coherentemente a preguntas y hacer algunos ataques verbales contra su contrincante.

La campaña del ex presidente Trump, la cual se ha dedicado durante los últimos 6 meses a burlarse del “somnoliento Joe”, difundiendo videos de sus tropiezos y errores, y sugiriendo que su capacidad mental debería de ser evaluada, ahora se dio cuenta de que redujeron tanto las expectativas que en los últimos días han tenido que reconocer que Biden tiene amplia experiencia y es un opositor hasta ágil.

Trump ha acusado que si Biden se desempeña bien, eso probablemente sería resultado de que le dieron drogas. Bromeó ante un mitin de campaña que “estoy seguro que estará preparado ¿Dónde quedo toda esa cocaína que se perdió hace un mes?”. En 2020, Trump demandó que Biden aceptara un examen de droga, y lo ha repetido ahora de nuevo.

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Con más de 50 años en el servicio público, Biden cuenta con amplia experiencia para abordar toda una amplia gama de asuntos, desde política exterior, sus éxitos en negociaciones políticas, los beneficios para el público de sus iniciativas económicas y sociales, y siempre ha tenido el talento de “conectar” con públicos de gente trabajadora al hablar del pueblo industrial donde creció en Scranton, Pensilvania, y más.

Pero todo eso no necesariamente ayuda al enfrentar el torrente de mentiras y declaraciones falsas que siempre suelta Trump. Entre estas, el ex presidente ha dejado claro que hablará de las “fronteras abiertas” y el peligro de los inmigrantes, la situación económica, entre otros temas que siempre son parte de su repertorio.

La campaña de Biden expresó su molestia cuando CNN anunció que los conductores no estarán verificando los hechos en las afirmaciones de cada candidato durante el debate (aunque otros medios y las redes sociales lo harán). Pero si usarán los problemas legales del ex presidente como parte de su arsenal. “La elección es entre un criminal convicto quien solo le importa a sí mismo y un presidente que está luchando por tu familia”, afirma un spot político preparado por la campaña de Biden.

Respondiendo, Trump, como siempre usando los ataques en su contra para atacar, subió a su red social que Biden debería de estar contento que no se estarán verificando los hechos, cuando que “ese hombre es un maquina caminante de mentiras”.

Pero los hechos, y las verdades, como demuestran los sondeos, probablemente no determinaran esta elección. Y el jueves por la noche, muchos estarán observando el debate más para ver si uno de estos viejos se tropieza, se pierde o si parece débil. O sea, es por ahora más espectáculo que un foro para presentar las propuestas para el futuro del país.

Esta es la primera vez en que ambos se reencuentran desde su último debate en octubre de 2020. Habrá un segundo y último debate en septiembre.

La lucha libre esta programada para el jueves a las 19 horas (hora de México). Como tantos torneos deportivos, en un volado, ganado por el equipo de Biden, el presidente optó estar en el podio del lado derecho y dejar que Trump tuviera la última palabra de la noche. Todos ya están debatiendo sobre la decisión. Mientras tanto, ya empiezan las apuestas mientras los luchadores se ponen sus máscaras.

con información de https://www.jornada.com.mx/

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