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Francia contra la ultraderecha

París, 16 de junio del 2024. Unas 640 mil personas, de acuerdo con las organizaciones convocantes –250 mil según la Policía– se manifestaron ayer en 150 ciudades de Francia contra la extrema derecha, en una demostración de cara a los comicios legislativos anticipados del 30 de junio y el 7 de julio (primera y segunda vuelta, respectivamente).

Los convocantes, sindicatos, estudiantes, organizaciones de derechos humanos, contra el racismo y muchas otras, esperaban reunir a 100 mil personas en todo el país, cifra que fue superada. Tan sólo en París se reunieron 75 mil personas según la policía, 250 mil de acuerdo a los convocantes.

El temor al avance de la ultraderecha adoptó diferentes formas en la marcha en la capital, ya sea en defensa de la democracia, de los derechos de los extranjeros o del colectivo LGBT+.

Pensé que nunca vería a la extrema derecha llegar al poder, pero ahora puede ocurrir, aseguró Florence David, una mujer de 60 años, al inicio de la manifestación en la capital francesa.

El presidente centrista Emmanuel Macron conmocionó a Francia al adelantar las legislativas previstas para 2027, apenas una hora después de la victoria de la ultraderecha en los comicios europeos, el pasado domingo.

Los analistas políticos consideran esta decisión como una apuesta arriesgada.

El ex presidente Nicolas Sarkozy (2007-2012) lamentó la disolución de la Asamblea y señaló que existe más riesgo de que (los votantes) confirmen su cólera de que la nieguenDar la palabra al pueblo francés para justificar la disolución es un argumento curioso, ¡ya que eso es precisamente lo que acaban de hacer en las urnas más de 25 millones de franceses!, apuntó.

Sarkozy advirtió que esta decisión pone en riesgo al presidente y al país, que ya está fracturado y podría sumirlo en un caos del que tendrá grandes dificultades para salir.

El fundador del partido Los Republicanos se pronunció, asimismo, sobre el estatus de la formación conservadora que vive un absoluto caos interno desde que el pasado 11 de junio, su actual líder, Éric Ciotti,abriese la puerta a una posible alianza con la ultraderechista Agrupación Nacional con vistas a las próximas elecciones legislativas, desatando una oleada de críticas y su expulsión del partido –detenida desde el viernes por un tribunal de París–.

Sarkozy criticó a Ciotti por arriesgarse a convertirse en partidario de la formación de extrema derecha. Ciotti debería haber sometido a los órganos de dirección del partido su convicción de la necesidad de una alianza con Agrupación Nacional (AN) y proponer a los afiliados que se pronunciaran por voto electrónico en un plazo breve, afirmó el ex presidente.

Pero el sismo político también afectó a la coalición de izquierda pues La Francia Insumisa (LFI) indignó a sus socios socialistas, ecologistas y comunistas del Nuevo Frente Popular, al apartar de los comicios a cinco diputados críticos con su líder, Jean-Luc Melenchon.

Otro de los aspectos que incendió la flamante coalición fue que LFI invistiera como candidato a Adrien Quatennens, diputado próximo a Melenchon, pese a su condena en 2022 por violencia conyugal.

En este contexto, y de manera sorpresiva, el ex presidente socialista François Hollande (2012-2017), antecesor de Macron, anunció su candidatura al legislativo por el Nuevo Frente Popular, pese a ser una de las voces más críticas de la anterior alianza de 2022, liderada entonces por el partido de izquierda radical LFI. Hollande, de 69 años, y a quien gran parte de este sector considera responsable de la victoria de Macron en 2017, apoyó el jueves la nueva coalición para frenar a una extrema derecha que va ganando fuerza, de acuerdo con los estudios de opinión recientes.

Tomé esta decisión porque estimo que la situación es grave, manifestó ayer a la prensa en su bastión de Tulle, en el centro de Francia. La extrema derecha nunca ha estado tan cerca de llegar al poder, advirtió.

El ex primer ministro francés Manuel Valls criticó ayer la candidatura de Hollande, sobre de quien ha dicho estar decepcionado.

En declaraciones a FranceInfo, Valls expresó su cólera y decepción por esta decisión.

En opinión del ex premier, Hollande participa de una doble mentira puesto que, por un lado, apoya un programa económico exactamente opuesto a lo que (él) piensa y ha hecho y, por otro, se alía con La Francia Insumisa “que mantiene un discurso antisraelí y antijudío.

Nadie se cree que Hollande defienda la jubilación a los 60 años, precisó Valls en alusión a uno de los objetivos del Nuevo Frente Popular.

En los resultados de un sondeo de la empresa Cluster 17, AN tendría 29.5 por ciento de la intención de voto y su principal rival sería la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular, con 28.5 por ciento. Sigue la alianza centrista del presidente Macron, con 18 por ciento.

con información de Afp y Europa Press

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