Confirma INAH, tras hallazgo, importante entorno lacustre en Tlatelolco
Ciudad de México, 25 de marzo del 2024.- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que, tras el hallazgo de una red de canales y un embarcadero prehispánico en el área de Tlatelolco, se puede confirmar con certeza que esa área tenía un importante entorno lacustre.
El hallazgo tras excavar en un terreno ubicado en un complejo habitacional en el Eje 2 Norte Manuel González esquina con calle Lerdo de Tejada, en la colonia San Simón Tolnáhuac, en la capital del país.
Esto corroboró que coincidía con la ubicación de los antiguos barrios de Iztatlán o Tlaxoxiuhco, ubicados al norte de la entonces México-Tenochtitlán, informó INAH en un comunicado, en el cual añadió que investiga esa zona desde septiembre del 2023.
Constituida por 19 barrios, la antigua ciudad contó con una compleja estructura hidráulica, como lo revela este descubrimiento, el cual posteriormente fue modificado al inicio del periodo novohispano.
El predio, de aproximadamente 11 mil metros cuadrados, ha permitido al grupo de especialistas reconocer una parte de la frontera norte tlatelolca que, según fuentes históricas, coincidiría con los barrios Iztatlán o Tlaxoxiuhco.
A través de 40 pozos de sondeo, se observan rastros de distintas ocupaciones: de entre 1987 y 1993, operó la fábrica de aceites “La Polar”, y una anterior que señala el establecimiento de “Leviatán y Flor”, fundada en 1912, por los empresarios Isaac Leviatán y Jacobo Flor, migrantes europeos que se dedicaron a producir levaduras para panaderías.
Además se localizaron durmientes de ferrocarril, zapatas y tubos de drenaje, de la época moderna, a la que siguen capas estériles que indican la inactividad del suelo por un largo periodo, hasta llegar a aquellas correspondientes al periodo Posclásico Tardío (1200-1521 d.C.).
La arqueóloga Xantal Rosales, quien explora el embarcadero de 4.8 metros por 3.1 metros, detalla que su construcción se hizo en dos etapas: “la primera, prehispánica, se caracterizó por el uso de piedras careadas de mayor tamaño que constituyen los muros y una escalinata para descender al cuerpo de agua; en la segunda ocupación, de las primeras décadas del virreinato, hay muros añadidos con piedras irregulares para convertirlo en un posible reservorio del líquido”.
A diferencia de lo ocurrido en Tenochtitlan, añadió, Tlatelolco permaneció ocupada por población indígena, y no hubo un cambio inmediato de su modo de vida, como lo demuestra el hallazgo del entierro de un neonato a la usanza prehispánica, en posición sedente y asociado a una estructura habitacional, ya en el periodo posterior al contacto español.
Sin embargo, las inundaciones de 1555 y 1607, epidemias y otras adversidades conllevarían a una disminución de la población nativa, de manera que la periferia de la ciudad se despobló paulatinamente hacia los siglos XVII y XVIII, como refieren mapas de la época donde aparecen como llanos.
Con información de: https://www.jornada.com.mx/