Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | Jean-Paul Marat un revolucionario de palabra y violencia
“Siempre una obediencia ciega supone una ignorancia extrema.” Marat.
Jean-Paul Marat fue una de las grandes figuras en la Revolución Francesa.
Nació el 24 de mayo de 1743 en Suiza y se convirtió en un periodista y político durante ese período.
Cursó estudios de Medicina en París y ejerció sin haber obtenido el diploma. Durante más de una década se mantuvo en Inglaterra trabajando como médico y obteniendo allí finalmente el título.De regreso a Francia, en septiembre de 1789 editó el periódico, “El amigo del pueblo” que convirtió en el diario radical con más influencia de Francia.
En sus páginas criticaba a los políticos moderados acusándoles de traidores e incitando al pueblo a utilizar la violencia contra ellos.
Marat fue la voz mas importante a través de su periódico en el que además de criticar a los gobernantes, abogaba por la igualdad social, la justicia y la abolición de la monarquía.
Sus palabras influyeron en la conciencia de las clases populares y avivaron el fervor revolucionario y la necesidad de evitar la monarquía.
Uno de los momentos más impactantes y asociados con Marat fue su papel en la caída de los girondinos, una facción moderada dentro de la Revolución.
Marat se alineó con los jacobinos y abogó por medidas más extremas, no dar cuartel a los enemigos.
Bajo sus palabras, que se hicieron decretos argumentaba; “No existe el fracaso, salvo cuando dejamos de esforzarnos.” Por ello sus consignas radicales ocasionaron la caída de la monarquía en agosto de 1792.
Luego ingresó al Comité de Salud Pública y fue uno de los creadores de la atmósfera de violencia y terror que provocó las ejecuciones de muchos prisioneros políticos en París.
Como diputado de la Convención Nacional, exigió la adopción de medidas dictatoriales para defender la Revolución.
Siendo líder del club jacobino de París, los diputados moderados, conocidos como girondinos, sentían un fuerte rechazo hacia él y en 1793, Marat fue asesinado por Charlotte Corday, una girondina, en un intento de detener su influencia.
Charlotte se presentó de improviso en su casa, y sorprendiendo a Marat en la bañera cometió el homicidio. Charlotte fue guillotinada el 17 de julio de 1793.
La muerte de Marat contribuyó a intensificar aún más las tensiones políticas y la radicalización durante la Revolución Francesa.
Jean-Paul Marat sigue siendo recordado como una figura icónica de la Revolución y como un ejemplo de cómo los ideales revolucionarios pueden llevar a extremos en tiempos de agitación política.