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Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | Benito Juárez Maza, el hijo del Benemérito que fue protegido de Porfirio Díaz.

Benito Juárez Maza, hijo de Benito Juárez y Margarita Maza, nació en 1852 en Oaxaca y fue uno de los 12 hijos que tuvo el matrimonio: nueve mujeres y tres varones.

El infortunio llegó al hogar Juárez Maza y sus dos hermanos fallecieron siendo pequeños y Benito fue el único varón del Benemérito de las Américas que sobrevivió.

Siendo muy joven, Benito Juárez Maza encaminó sus pasos sobre las huellas  de su padre, e inició la carrera de Leyes en la Escuela Nacional Preparatoria, pero cuando el presidente de la república falleció en 1872, Juárez Maza renunció a sus estudios.

La memoria de su padre permitió a Juárez Maza recibir una pensión anual otorgada por el Congreso de la Unión.

El hijo de Juárez García obtuvo cargos que ostentó a lo largo de su vida; trabajó en el Servicio Exterior mexicano, particularmente en Europa y en Norte América como secretario en las embajadas de Italia, Alemania, Francia y en los  Estados Unidos.

Estando en París, contrajo nupcias con una ciudadana francesa, María Klerian, en 1888. Al poco tiempo, Benito Juárez Maza regresó a México con su esposa, no tuvieron descendencia.

El 28 de noviembre de 1876, cuando Porfirio Díaz llegó al poder, el nuevo presidente aprovechó el renombre de Benito Juárez y en su discurso, lo declaró héroe nacional y llevó a cabo la inauguración de  monumentos en memoria del patricio.

Con marcados reflejos políticos Díaz Mori dio protección a Juárez Maza, a quien otorgó concesiones para que prosperara en negocios, pero éste fracasó en la mayoría.

Juárez Maza guardó siempre respeto por la figura de su protector y cuando Juárez Maza fue diputado en el Congreso de la Unión, votó en contra de la renuncia de Díaz, anhelaba la continuidad del dictador.

Al estallar la Revolución y exiliado su protector, Juárez Maza obtuvo la gubernatura de Oaxaca en su segundo intento, en 1911. Sin embargo, un año después, murió por un infarto en abril de 1912.

Las crónicas de esos años relatan que Juárez Maza, ya como gobernador, entendió que su padre había dejado un listón muy alto y que la grandeza de su progenitor era una gran loza para llevar sobre sus hombros grandes responsabilidades.

Se menciona incluso que sus manifiestos los firmaba sin su segundo apellido, apelando a la memoria de su progenitor.

Y sí, en efecto, tuvo el nombre del Benemérito de las Américas y algunos beneficios, pero en su biografía, sus hechos no tuvieron la resonancia de los de su padre.

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