Colaboraciones

Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | Edward James y su Jardín escultórico.

¡Extravagante! Así lo consideraban quienes veían como Edward James construía; El Jardín Escultórico, al borde del río Santa María en Xilitla, San Luis Potosí.

Un día, dice la historia; “Edward se encontraba disfrutando de las aguas cálidas de una poza en la Huasteca potosina, y decidió que ahí sería el sitio en donde viviría y construiría el armonioso conjunto arquitectónico que maravilla a quién lo conoce”.

Edward James era un hombre con solvencia económica y amante de la armonía y que patrocinó al movimiento surrealista.

Su padrino de bautizo y amigo de su familia fue el Rey Eduardo VII. Por ello su infancia y parte de su adolescencia tuvieron como marco el Castillo de West Dean en Inglaterra.

A finales de la década de los años 20 heredó de su padre una fortuna creada en América por su abuelo paterno Daniel James, las utilidades de la misma, era destinada a la promoción de las bellas artes.

Edward estudió literatura en Oxford y se adentró en el mundo de las artes.

Para ayudar a sus amigos a publicar sus libros, inauguró  su propia editorial llamada James Press.

Su visita a escenarios artísticos le permitieron conocer a la bailarina Austriaca Tilly Losch con quién se casó en 1931 en Nueva York. El enlace duró 3 años.

Su amistad con distintos personajes del arte lo motivaron a participar en la producción de la revista Minotauro para la cual solventó algunas portadas diseñadas por Dalí y Picasso.

En 1940 se mudó a Tahos, Nuevo México.

Durante su estancia en esa ciudad, surgió en él la emoción por encontrar un hogar idílico donde pudiera entregarse a la escritura y a la poesía.

En 1945 llegó a México para visitar a sus amigos en Cuernavaca, Morelos, y este es el inicio de la obra de James ubicada en la selva de la Huasteca Potosina.

Después de haber sentido la emoción por estar en aquella poza en donde su espíritu acogió la idea del hombre mariposa, Edward se dio al a tarea de realizar su jardín.

James fue encontrando las formas que en su interior pedían ser materializadas. El jardín fue concluido, su resultado fue indefinible y a la vez; ¡único! En medio de la vegetación, formas diseñadas de concreto, ideas pétreas, ilusiones oníricas, formaron un portento de fantasía.

La visita a Xilitla para conocer este espacio atrae a personas de todo el mundo para conocer esta maravilla.

Edward James falleció en diciembre de 1984 en San Remo, Italia, a la edad de 77 años y heredando al mundo una de las obras más excepcionales del siglo XX.

¡Un hombre que vino de lejos!

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