Este año, la Fiesta del Libro y la Rosa creció en editoriales, público y espacio: Anel Pérez
Ciudad de México, 24 de abril del 2023.- La Fiesta del Libro y la Rosa concluyó ayer su edición 15. Además de su superficie, el encuentro editorial aumentó el número de sellos participantes y de estands, con una erogación de unos 2 millones y medio de pesos, informó Anel Pérez, titular de Literatura y Fomento a la Lectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Al mediodía de este domingo 23, Día Internacional del Libro, los visitantes del Centro Cultural Universitario (CCU) en busca de títulos eran sobre todo jóvenes, muchos de ellos ajenos a la comunidad universitaria. Al mediodía se apiñaban en algunos de los sellos más reconocidos o recorrían con curiosidad otros menos conocidos en México.
El estand de la UNAM duplicó su superficie este año y ofreció 750 títulos y 11 mil ejemplares de 40 dependencias universitarias. Un encargado de ese espacio expresó a La Jornada que el promedio de venta estimada para cada día de la fiesta es de unos mil libros.
El empleado universitario añadió que la media de precios de sus libros ronda 80 pesos. Los ejemplares ya tienen precios reducidos, y para esta ocasión se dio un descuento de 50 por ciento a integrantes de la comunidad de la UNAM.
Contó con la participación de alrededor de 217 mujeres y 193 hombres, en unas 300 actividades, que incluye mesas, homenajes, narraciones escénicas, talleres y presentaciones editoriales, entre las que destacaron la argentina Claudia Piñeiro, la iraní Negar Azi-mi, el peruano Santiago Roncagliolo, el brasileño João Paulo Cuenca y Alejandro Zambra, de Chile.
Por primera vez, el festival libresco albergó un espacio para la literatura infantil y se desarrolló también en sedes externas al CCU, como el Museo del Chopo, el Colegio de San Ildefonso, la Casa del Lago, la Casa Universitaria del Libro, el Centro Cultural Tlatelolco y los campus de la UNAM en Cuernavaca y Morelia.
Anel Pérez refirió que “cada vez hay más interés de las editoriales y de los lectores. Crecimos más de 70 por ciento. En la parte editorial, 40 por ciento más. Ahora la fiesta inunda todo el CCU: hay más editoriales, más actividades y, sin duda, muchísimos más lectores”.
Fue un éxito la creación de un espacio para la comunidad lectora más joven en una zona arbolada y espaciosa que congregó carpas para talleres y narración oral flanqueadas por los sellos especializados, donde era patente el bullicio de los pequeños y su constante curiosidad por los ejemplares de El Naranjo, Tecolote, Cidcli, Edelvives y El Zorro Rojo, entre otros.
La directora de Literatura UNAM destacó que a lo largo de los 15 años de esta fiesta ha visto “el fortalecimiento de la industria editorial infantil y juvenil. Esta oferta mexicana es de las más potentes, con Cidcli, Tecolote, El Naranjo, más el Fondo de Cultura Económica y la UNAM, que está reditando la Biblioteca El Chapulín.
Uno de los padres que acompañaba a su hijo a esta parte de la fiesta del libro refirió que siempre que visitan estas ferias le compran entre cuatro y seis ejemplares. Algunos son más accesibles, pero la mayoría están entre 400 y mil 500 pesos.
Relató que aunque compra títulos en físico reconoce el valor de opciones digitales de aprendizaje y lectura. “Son complementarias”, dijo, en la educación y el disfrute de su vástago, quien a sus cinco años ya elige los ejemplares de su gusto. “Prefiere los de biología”, contó con orgullo.
Encargadas de los sellos Tecolote y Edelvives concordaron que son una buena opción para acercar a los niños a la lectura. En la primera editorial se congratuló del trabajo conjunto y complementario que han realizado los sellos dedicados a las infancias, pues no compiten entre ellas, sino que cada una ofrece títulos con particularidades.
La de Edelvives mencionó que sus libros son excelentes para un tipo particular de lectores, ya que, a su decir, “los niños no eligen los libros, sino que éstos eligen a los niños”, el título que necesita, en un fenómeno casi de magia. El precio de sus textos, comentó, está entre 100 y mil 220 pesos.
La experiencia editorial fue completada por teatro, exposiciones y telescopios, así como por los infaltables café y tacos de canasta en la vivencia universitaria.