Poeta tsotsil denuncia el racismo y los feminicidios
Ciudad de México, 08 de marzo del 2023.- Breves, rabiosos, desgarradores, aguerridos, crudos y oscuros, así son los versos que integran el primer poemario de la joven poeta y traductora tsotsil Susi Bentzulul (San Juan Chamula, Chiapas, 1995), titulado Tenbilal Antsetik (Mujeres olvidadas), una denuncia social contra el racismo, el machismo y los feminicidios, al mismo tiempo que se constituye como un acto de resistencia contra la hegemonía lingüística, describió la propia autora en charla con La Jornada.
Publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), el libro reúne 30 poemas y se encuentra dividido en tres apartados temáticos: Yayijem Ch’uleletik/Almas heridas, Pojbil nopbenal xchi’uk takupal/Cuerpos y sentimientos despojados y Ts’ijil ayejetik/Voces silenciadas.
El poemario parte de un “posicionamiento feminista comunitario”, explicó Bentzulul. “Son textos que se proponen reflexionar sobre las distintas violencias contra las mujeres, así como la realidad social que viven la mayoría de las mujeres indígenas y las mujeres en general, desde la condición de ser hoy una mujer joven indígena”.
Sus estudios en licenciatura en lengua y cultura, así como la maestría en estudios e intervenciones feministas, le permitieron “identificar mejor qué es una violencia, pues hasta cursar esos estudios pude identificar y cuestionar lo que había vivido en mi entorno familiar y social, ya que hay una normalización de esa violencia”.
A través de la poesía y el arte, “denuncio la situación que viven muchas mujeres que han quedado en el olvido, historias de abuelas, madres, hijas que han quedado en el olvido, porque en su momento no pudieron nombrar esas violencias”.
La idea, agregó la autora, “es traer a la memoria esas historias y poder desahogar de manera personal cierta rabia, que uno vivió y fue testigo como niña tsotsil”.
A mis 27 años, continuó Susi Bentzulul, “me asumo como una nueva generación de feministas que implementan una lucha desde las artes. Durante la maestría conocí a muchas compañeras feministas que hacen performances, teatro o escriben. Así estamos nombrando las cosas que hemos vivido o de las que fueron víctimas otras mujeres.
“Existen distintos feminismos y, si bien se han logrado algunas transformaciones, hay que llamar la atención sobre el feminismo comunitario, el cual está mucho más cerca de mi realidad. Así como hay diferentes tipos de mujeres, también hay diferentes realidades, necesidades y problemáticas en los pueblos originarios, como el racismo y la discriminación”.
En el origen de los feminismos hubo una falla y es necesario reconocerlo, explicó la también traductora. “Se partió de un feminismo blanco, citadino y burgués que nos invisibilizó como mujeres de los pueblos originarios. Ese feminismo centró sus luchas y problemáticas como si fueran iguales para todas.
“Hay que reflexionar”, continuó la joven poeta, que las formas y momentos de abordar ciertas problemáticas son distintas en las comunidades originarias. Por ejemplo, en San Juan Chamula se viven feminicidios, el más reciente fue el de Pascuala Díaz, pero que, por decirlo de alguna manera, no se nombra bajo ese concepto, se queda oculto, enterrado, como una historia olvidada; entonces, ahí vamos creando reflexión y diálogo”.
Este poemario es también “un acto de resistencia ante la hegemonía lingüística, al escribir en nuestra lengua originaria”, destacó la autora.
Chilaj*
Chilaj ta svulel yo’onton jyaya ta syayijemal sbek’tal jme’: te xvok’talel sk’ejimol at o’ontonal, xet’emik vinajel, xchi’uk jalijem at o’ontonal.
Chilaj ta uts’intael yu’un jun chopol vinik, chipajesbun ko’onton ta skapemal xchi’uk ta syayijesbun jch’ulel.
Chilaj ta yelov sat jtsebtak mu’yuk spajebal ch-ok’ik, ta sk’ejik ta xch’ulel svokolik.
Chilaj ta yelov sat uts’intael. Chilaj ta sts’ijesun ilbajinel. Chilaj ta jubej snail jkuxlejal. Chilaj ta jujukoj jik’ o’ontonal.
Muero
Muero con la angustia de mi abuela en las heridas abiertas de mi madre: allí brotan cantos tristes, cielos despedazados, largas agonías.
Muero entre palabras hirientes de un hombre violento, que con su furia me infecta el corazón y parte mi alma en pedazos.
Muero en la mirada perdida de mis hijas, que lloran sin pausa, anudando secretos en su alma.
Muero con el rostro marginado. Muero silenciada por el desprecio. Muero en todos y cada uno de los rincones de mi vida. Muero en cada suspiro.
Yo muero.
* Tomado de Susi Bentzulul, Tenbilal Antsetik, FCE, 2022.
Con información de: https://www.jornada.com.mx/