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Dina, nueva presidenta de Perú, una mujer sin experiencia política o respaldo

  • La abogada que asume las riendas del poder peruano es defensora de un plan para una nueva Constitución

Lima, 08 de diciembre del 2022.- Dina Boluarte, abogada de 60 años, funcionaria del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) durante 17 años y una de las principales impulsoras de una nueva Constitución, se convirtió ayer en la primera mujer en asumir la presidencia de Perú. Hasta hace semana y media, era ministra de Desarrollo e Inclusión Social, cargo al que renunció para marcar distancia del gobierno de Pedro Castillo.

Apenas el lunes, la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales (SAC) del Congreso aprobó, por mayoría, librar a la entonces vicepresidenta de una denuncia constitucional por una presunta infracción a los artículos 38 y 126 de la Carta Magna. Con esta decisión, quedó con el camino allanado para asumir la jefatura del Estado. Un sector de la oposición exigía que la exministra de Desarrollo e Inclusión Social fuera inhabilitada de la función pública por 10 años.

Esto, luego de que la contraloría advirtiera a mediados de este año que Boluarte Zegarra firmó documentos como presidenta del Club Departamental Apurímac, cuando ya estaba al frente del despacho de Desarrollo e Inclusión Social, entre ellos una solicitud ante la Municipalidad de Lima para que la citada asociación pueda acceder a una licencia de funcionamiento. La nueva mandataria, que domina el quechua y el español, adolece del mismo mal que Castillo: no tiene experiencia política. Tampoco goza del apoyo de alguna bancada, en particular en el Parlamento.

Boluarte ha sido una firme defensora de instalar una asamblea constituyente que redacte una nueva Carta Magna.

La abogada, de cuya vida personal no se tienen muchos detalles, fue elegida como primera vicepresidenta de la República en la fórmula presidencial del partido marxista Perú Libre, que el año pasado postuló a Pedro Castillo a la jefatura del Estado del país, y del cual fue expulsada por diferencias políticas con sus dirigentes. Su trabajo como ministra de Desarrollo se mantuvo hasta finales de noviembre, cuando el escenario político se agravó con la confirmación de que el Congreso iba a someter al expresidente a una tercera moción de destitución por “permanente incapacidad moral”. Entonces comenzó a deslindarse de Castillo, a quien antes apoyaba de forma incondicional.

Como vicepresidenta, Boluarte defendió el papel de la mujer y aseguró que “no hay desarrollo sostenible sin el desarrollo de las mujeres”, además de destacar el compromiso de Perú con el empoderamiento femenino.

Nacida en la región surandina de Apurímac, se postuló a un cargo político por primera vez en los comicios municipales de 2018 y nuevamente intentó una curul en el Congreso en las elecciones extraordinarias de 2020 con Perú Libre. Si bien el arco político está muy dividido, la oposición, incluyendo el partido Fuerza Popular que encabeza Keiko Fujimori, prometieron dar “apoyo y respaldo” a la nueva mandataria.

Con información de agencias

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