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Pulpos, calamares y sepias poseen un sistema nervioso complejo y capacidad cognitiva

Madrid, 29 de noviembre del 2022.- Los cefalópodos de cuerpo blando como los pulpos, calamares y sepias son invertebrados excepcionalmente inteligentes, con un sistema nervioso muy complejo.

Debido a la edición elevada de ARN en sus tejidos nerviosos, un equipo de investigadores plantea la hipótesis de que la regulación de ese material puede desempeñar un papel importante en el éxito cognitivo de este grupo.

Un equipo de investigadores alemanes y estadunidenses demostró que la evolución del cerebro de los pulpos está vinculada a una espectacular expansión de su repertorio de microARN.

Si nos remontamos lo suficiente en la historia evolutiva, nos encontramos con el último ancestro común conocido de los humanos y los cefalópodos: un animal primitivo parecido a un gusano, con una inteligencia mínima y unos ojos simples. Posteriormente, el reino animal puede dividirse en dos grupos de organismos: los que tienen columna vertebral y los que no. Mientras los vertebrados, sobre todo los primates y otros mamíferos, llegaron a desarrollar cerebros grandes y complejos con diversas capacidades cognitivas, los invertebrados no, salvo los cefalópodos.

Los científicos se han preguntado durante mucho tiempo por qué un sistema nervioso tan complejo sólo pudo desarrollarse en estos moluscos. Ahora, un equipo internacional, dirigido por investigadores del Centro Max Delbrück y del Colegio Dartmouth de Estados Unidos, expuso una posible razón. Según explican, los pulpos poseen un repertorio masivamente ampliado de microARN (miARN) en el tejido neural, lo que refleja desarrollos similares ocurridos en los vertebrados.

“Esto es lo que nos une a los pulpos”, afirma en un comunicado Nikolaus Rajewsky, del Instituto de Biología de Sistemas Médicos del Centro Max Delbrück, jefe del laboratorio de Biología de Sistemas de Elementos Reguladores de Genes y autor del artículo. Señaló que el hallazgo probablemente signifique que los miARN tengan un papel fundamental en el desarrollo de cerebros complejos, según su trabajo publicado en Sciences Advances.

La fascinación de Rajewsky por los pulpos comenzó hace años, durante una visita nocturna al Acuario de la Bahía de Monterey, en California. “Vi a esta criatura sentada en el fondo del tanque y pasamos varios minutos, o así lo creí, mirándonos”. Según comenta, mirar a un animal de esos es muy diferente a ver a un pez: “No es muy científico, pero sus ojos desprenden una sensación de inteligencia”.

Los pulpos tienen ojos de “cámara” de complejidad similar a la de los humanos. Desde una perspectiva evolutiva, son únicos entre los invertebrados. Tienen un cerebro central y un sistema nervioso periférico, capaz de actuar de forma independiente. Si pierden un tentáculo, éste sigue siendo sensible al tacto y puede seguir moviéndose. La razón por la que son los únicos que han desarrollado funciones cerebrales tan complejas podría residir en que utilizan sus brazos con mucha intención, como herramientas para abrir conchas, por ejemplo.

Son muy curiosos y pueden recordar cosas. También pueden reconocer a las personas y, de hecho, les gustan más unas que otras. Los investigadores creen ahora que incluso sueñan, ya que cambian el color y las estructuras de la piel mientras duermen.

“Dicen que si quieres conocer a un alienígena, ve a bucear y hazte amigo de un pulpo”, sostiene Rajewsky.

Con información de: Europa Press

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