Colaboraciones

Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | Ignacio Manuel Altamirano Basilio

  • Célebre Maestro, heroico soldado y honesto servidor público.

Fue el 13 de noviembre de 1834 cuando en el pueblo indígena de Tixtla, Guerrero, en el matrimonio formado por Francisco Altamirano y Getrudis Basilio, nació el niño Ignacio Manuel Altamirano Basilio, quién aprendió a hablar español cuando su padre fue nombrado alcalde del pueblo.

El niño Manuel obtuvo una beca otorgada por el Instituto Literario de Toluca, ahí conoció a su más influyente maestro: Ignacio Ramírez, el Nigromante.

Altamirano obtuvo las más altas calificaciones en; latinidad, filosofía, francés y español y el reconocimiento de sus maestros.

Por su vasta cultura, se le designó Bibliotecario del Instituto Científico y Literario de Toluca.

Esto le ayudó a conocer el pensamiento liberal y enriquecido con esas ideas, sus posturas ante los conservadores fueron de tal contundencia que lo expulsaron del instituto.

Entonces se sumó a una compañía de cómicos de la lengua, y presentó en las plazas públicas su obra “Morelos en Cuautla”.

Luego en  la Ciudad de México, inició sus  estudios de Derecho.

En 1854 tuvo que frenarlos tomó las armas para adherirse a la revolución de Ayutla para derrocar a Santa Anna.

Altamirano, llegó a Guerrero y se puso bajo las órdenes del general Juan Álvarez.

Al concluir las batallas, Altamirano retomó sus estudios de jurisprudencia, mismos que detuvo en 1857, cuando estalla otra guerra en México; la de Reforma.

En 1859 se tituló como abogado y, con la victoria de los liberales, fue electo diputado al Congreso de la Unión.

En 1863 se incorporó a la lucha para combatir a la invasión francesa y al imperio de Maximiliano.

En octubre de 1865 fue nombrado coronel por el presidente Juárez y participó en el Sitio de Querétaro.

En 1867 declaró: “mi misión con la espada ha terminado” y se consagró a las letras.

En el servicio público fue; procurador general de la República, fiscal, magistrado y presidente de la Suprema Corte.

Pero su labor más importante fue en favor de la cultura y la literatura mexicana.

Se preocupó porque la literatura llegara a ser un elemento de integración cultural; con una identidad propia como nación.

Altamirano siempre se enorgulleció de su origen indígena y supo comprender el presente y pensar en el futuro sin renunciar a su cosmovisión.

Entre sus obras destacan: La navidad en las montañas, y El Zarco.

Ignacio Manuel Altamirano murió 13 de febrero de 1893.

Un mexicano que defendió a la patria como maestro, militar y servidor público.

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