Serrat celebra medio siglo en el escenario con una antología sin orden
11 de octubre de 2015.- Vestido de manera sobria con una camisa gris con bolitas y una chaqueta oscura, Serrat empezó con El carrusel del Furo, pieza que ha usado muchas veces para abrir presentaciones y luego dio la bienvenida a 10.000 seguidores.
De manera simpática comenzó a enumerar a personalidades que hubieran cumplido 100 años en el 2015 hasta que llegó a sus 50 años con agradecimiento a todos, desde Salvador Escamilla, organizador de su primer concierto, hasta el urólogo que lo operó.
Tu nombre me sabe a hierba, Niño silvestre, Algo personal y las piezas en catalán , Canción de cuna y Palabras de amor, siguieron en la primera hora del espectáculo que cerró con Pueblo blanco.
En la segunda parte el público y Serrat hicieron más estrecha la comunicación, e intercambiaron mensajes, mientras el poeta regalaba algunas de sus joyas, entre ellas Disculpe, señor.
Una emotiva interrupción tuvo la función; cuando Joan Manuel se disponía a cantar Esos locos bajitos, no lo dejaron comenzar y parte del público comenzó a contar hasta llegar a 43, un homenaje a los jóvenes desaparecidos en Ayotzinapa, estado de Guerrero hace poco más de un año.
El artista bajó la cabeza y al concluir el pase de lista gritó Vivos se los llevaron, vivos los queremos, principal lema de los padres de los estudiantes, lo cual conmovió a los presentes. Cantó entonces la de los locos bajitos y a partir de ahí en varias ocasiones se detuvo para que sus seguidores cantarán.
Clásicos como Para la libertad, No hago otra cosa que pensar en ti y Mediterráneo sellaron el pacto de entendimiento entre Serrat y la gente que comenzó a ponerse nerviosa por la cercanía del final y dio muestras de cariño de manera más notable al cantautor.
Mientras una señora de 83 años y pelo blanco cantaba las canciones sin equivocarse, otras más arriesgadas le gritaron “te amo”, a lo cual Serrat contestó de manera simpática que valoraran mejores opciones.
El final fue igual de hermoso, Hoy puede ser un gran día , Lucía y Cantares marcaron la despedida.
Como cuando visitó México por primera vez hace muchos años con el pelo largo, Joan Manueldio muestras de estar en su casa, volvió al escenario a cantar Aquellas pequeñas cosas y pretendió terminar con Fiesta, pero la gente le suplicó volver y entonces lo hizo para acabar, ahora sí, con Penélope.
“Ha sido una noche de complicidad, viva México, cabrones”, dijo en el cierre de una presentación que mañana tendrá una segunda versión en el mismo recinto.
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