Colaboraciones

Análisis | Por: Pedro Luis Noble Monterrubio | Ecos de la visita presidencial a EUA

El día de ayer concluyó formalmente la visita oficial del presidente Andrés Manuel López Obrador a los Estados Unidos, misma que tuvo como foco central el encuentro con el mandatario norteamericano Joe Biden, quién lo recibió en la Casa Blanca, al mediodía del pasado martes. Previamente también en Washington, el mandatario mexicano sostuvo una reunión con la vicepresidenta Kamala Harris, con quien abordó temas de agenda migratoria, así como de la fraternidad entre ambos pueblos que ha sido patente a lo largo de la historia y que hoy subiste vigorosamente para fortuna de estas dos naciones.

Como se precisó con anterioridad en torno a su estancia con el presidente Biden en el marco de un encuentro bilateral, López Obrador se constituyó en las inmediaciones de la Oficina Oval para exponer una serie amplia de argumentos de gobierno y de políticas públicas, mismos que han venido siendo analizados a lo largo de las últimas horas por la comentocracia, tanto mexicana como del extranjero, al margen de la propia administración Biden.

De entrada, como premisa fundamental de este conversatorio entre presidentes, destacó la solicitud expresa del presidente mexicano a su contraparte estadounidense, para que desde su país, se regulen a miles de mexicanos y centroamericanos que están siendo deportados de forma amplia y por el contrario se les dote de certeza plena, para que estas mujeres y hombres inmigrantes puedan ser reconocidos por la autoridad migratoria local y se les permita trabajar en oficios diversos, con miras a incentivar el crecimiento económico de la región. Por lo que concierne, a la respuesta de Biden y su gobierno, este manifestó que habrían de analizarse detalladamente las solicitudes recibidas; sin embargo, es ampliamente conocido que la actual presidencia demócrata de Biden, se encuentra seriamente comprometida y presionada por la oposición republicana ante la implementación de la política migratoria del mandatario en funciones y sobre su control de fronteras, lo cual se recrudecerá con miras a las siguientes elecciones del vecino país.

Otros de los tópicos que se desahogaron en las primeras horas del martes pasado, fueron los del manejo de la economía por parte de ambos países, atendiendo las consideraciones propias de que la pandemia sanitaria originada por el SARS-CoV-2 subsiste e invariablemente sigue suponiendo retos importantes para estos regímenes de gobiernos.

Posteriormente, ya en la agenda de ayer miércoles, el presidente López Obrador se reunió en el marco del Instituto Cultural Mexicano con los empresariados, tanto estadounidense como mexicano para abordar rubros como la inversión privada en los dos territorios, la soberanía nacional y la justicia. Del lado mexicano destacaron las figuras del Ingeniero Carlos Slim, CEO de Grupo Carso, así como de Antonio del Valle, presidente del Consejo Mexicano de Negocios, Daniel Becker, presidente de la Asociación Nacional de Bancos de México, así como de Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial.

De forma generalizada se sitúo como tema de análisis la ejecución actual del T-MEC y el estatus que guarda su operación en beneficio de los tres países suscribientes como lo son Estados Unidos, Canadá y el propio México, así como los retos que se tienen para acelerar el clima de inversión entre naciones, que hasta nuestros días se mantiene un tanto estático en función de diversas condicionantes que se deben buscar solventar, en aras del desarrollo económico de la región de Norteamérica.

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