Colaboraciones

Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | Narciso Mendoza y los niños en la Independencia

Tenían la edad para dedicarse a jugar con una pelota en el patio de sus hogares o en las calles, pero su realidad fue muy contraria a este ideal.

A niños y adolescentes en el rango de  8 y 16 años, las circunstancias los llevaron a vivir una realidad muy dura, fue un desafío a su naturaleza.

La vida de estos menores se vio inmersa  entre disparos, y sangrientas batallas en las que los independentistas luchaban contra los ejércitos realistas.

En 1812 el ejercito de José Ma. Morelos y Pavón vio nacer al cuerpo de tropas infantiles que recibieron el nombre de Los Emulantes y a las que Morelos puso a las órdenes de su hijo, Juan Nepomuceno Almonte.

Entre ellos, había un niño de nombre; Narciso Mendoza, de aproximadamente 12 años de edad, que como sus compañeros era hijo de padres empobrecidos y víctimas de la explotación.

Durante el sitio de Cuautla, en 1812, destacó la defensa del sitio por la Compañía de Los Emulantes.

Sitiada Cuautla por los realistas,  era defendida por los Galeana, Los Bravo y Matamoros, mismos que fueron derrotados.

Los insurgentes que defendían la trinchera de San Diego, huyeron abandonando su armamento.

Los españoles entraron al fuerte de San Diego; pero entonces, Narciso Mendoza, prendió la mecha de un cañón y lo disparó en contra del enemigo. ¡Una hazaña!

Espantados los realistas retrocedieron. Galeana rehízo sus tropas, acudieron en su auxilio Morelos y Leonardo Bravo, y volvieron a defender el fuerte, rechazando los ataques de los enemigos.

La autenticidad del hecho histórico y la existencia del Niño Artillero podrían haberse mantenido como una leyenda.

Pero en 1976, Jorge Gurría Lacroix hizo público un documento del Archivo General de la Nación, en el cual, un veterano de la Guerra de Independencia escribió en 1864 a Juan Nepomuceno Almonte, Gran Chambelán de Maximiliano.

El soldado dijo llamarse Narciso Mendoza y afirmaba haber servido bajo las órdenes del propio Almonte.

Para que el hijo de Morelos pudiera identificarlo, escribió:

“…yo fui quien disparó el cañonazo que valió en gran parte para salir del apuro en que nos encontrábamos, habiendo yo sido herido por un dragón enemigo en el brazo izquierdo”

Según su carta, Narciso continuó sirviendo como soldado en la insurgencia, acompañando a Morelos hasta que éste fue hecho prisionero en la acción de Temalaca, y permaneció a las órdenes de Vicente Guerrero hasta la consumación de la Independencia.

Narciso Mendoza, el niño independentista, el Niño Artillero.

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