Charlas de taberna | Por: Marcos H. Valerio | Brigadistas, mujeres con mucha adrenalina
- El portar el uniforme, más que respeto, es sinónimo de ayuda; la gente se siente protegida, comenta Irma
Sus 13 nietos están orgullosos de Irma Sandoval Muñoz, quien desde hace 12 años pertenece a las brigadas de la Unidad de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (UGIRyPC) Xochimilco. A lo largo de esta trayectoria, recuerda el apoyo que brindó tras los sismos de 2017 y la pandemia por COVID-19.
Asegura que portar el uniforme, más que respeto, es sinónimo de ayuda, la gente se siente protegida. “Aún en plena contingencia, ya sea un incendio, inundación o derrumbe, al vernos llegar sienten una bocanada de alivio, lo que sin duda es un gran compromiso de ahí la importancia de capacitarnos constantemente”, dice la brigadista.
Asegura que a sus cinco hijos les inculcó ser serviciales y humanitarios, por lo que el mayor es enfermero y los demás se preocupan por sus vecinos, por todo lo que acontece en su colonia.
Por su parte, la también brigadista Maritza Molina Anaya cuenta que sus dos hijos la presumen a través de redes sociales. “Me etiquetan como la madre guerrera que enfrenta de manera valiente los problemas que surgen en la casa y en el trabajo”.
Desde hace nueve años se dedica a ayudar y proteger a las familias xochimilcas. Con tristeza recuerda los acontecimientos de los sismos de 2017. “Me tocó apoyar en el pueblo de San Gregorio, varias casas parecían sándwich por los derrumbes. En el ambiente se respiraba el miedo y el desconsuelo”.
Ambas brigadistas coinciden en que se dedican a una profesión donde enfrentan constantemente el peligro, una actividad con mucha adrenalina, por ello, aseguran se capacitan constantemente y así prevenir y salvaguardar la integridad de la ciudadanía.