Advierten sobre complicaciones en la insuficiencia renal crónica
Ciudad de México, 23 de febrero del 2022.- Edith Jagüey tiene 35 años. Fue diagnosticada con diabetes tipo 1 a los 11 años de edad y desde los 24 se somete a hemodiálisis. En unos pocos minutos ofreció el duro testimonio de sus padecimientos, en el marco de la charla “Hiperparatiroidismo, ¿qué hacer?”, organizada por la Asociación Ale, que promueve la cultura de la donación de órganos.
Edith habló del riñón que recibió gracias a un donador (“me duró 3 años y tres meses), del dolor de huesos, las fracturas constantes, la pérdida de piezas dentales y sus dificultades para caminar (“he dejado de hace muchas cosas”), así como de los beneficios que obtuvo del tratamiento tras el diagnóstico de hiperparatiroidismo.
La conversación a distancia se dio en el marco de la próxima conmemoración del Día Mundial del Riñón (10 de marzo), y en ella dos especialistas explicaron, para médicos, las maneras de identificar y atender el hiperparatiroidismo secundario, una de las complicaciones que derivan de la insuficiencia renal crónica. Además, ofrecieron recomendaciones a los pacientes que padecen o pueden padecer estos males.
Los ponentes principales fueron Juan Carlos Ramírez Sandoval, investigador del Instituto Nacional de Ciencias México y Nutrición Salvador Zubirán, y Sergio Hernández Ordóñez, director del Centro Integral de Medicina Renal.
Puesto en términos muy simples, explicaron que la paratahormona -que producen cuatro glándulas localizadas en el cuello- “se empieza a elevar conforme la función renal comienza a disminuir”, y provoca, entre otras cosas, la calcificación de las arterias, huesos frágiles y daños cardiovasculares que pueden conducir a la muerte.
De ahí la importancia de que todas las personas, especialmente aquellas con males renales ya diagnosticados, tengan mediciones de paratohormona de manera regular.
El médico Hernández dijo que la clave, para enfrentar está enfermedad, está en una alimentación adecuada. “No importa que sea un pequeño vaso de refresco o una sopa instantánea. Con ello estamos ingiriendo una gran cantidad de fósforo que difícilmente vamos a poder remover”.
Además de la alimentación supervisada, se requiere que un equipo de nefrología “identifique las alteraciones de calcio y fósforo, y prescriba un medicamento adecuado con las dosis correctas”. Con estas medidas “se puede controlar el hipertiroidismo”.
A preguntas del público, los especialistas aceptaron que pocas instituciones de salud en el país cuentan con los recursos para, por ejemplo, realizar de manera regular la prueba de paratohormona o las diálisis que requieren los enfermos crónicos.
“Hay que tratar de adaptarse, pero hay que presionar”, resumió Ramírez. Hace 30 años, siguió, “parecía impensable que pudiera haber terapia antirretroviral para todas las personas con VIH en este país, y hoy es algo que existe. El mensaje a los pacientes es: “Hay que exigirlo. ¿Por qué en diálisis no puede ocurrir algo igual que con el VIH? Diálisis con acceso universal, control del metabolismo mineral y trasplante para todos. Es un compromiso que debe hacerse y hay que demandar, cada uno en su trinchera”.
Con información de: https://www.jornada.com.mx/