Acervo | Por: Pedro Luis noble Monterrubio | Balance presidencial a 3 años de mandato
El día de ayer 1º de diciembre se cumplieron 3 años desde la llegada a la jefatura del Ejecutivo Federal quién en el 2018 consolidó una agenda surgida desde la izquierda mexicana después de prácticamente 30 años en los que, a lo largo de 6 elecciones, el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, el Partido de la Revolución Democrática y posteriormente, el Movimiento de Regeneración Nacional buscaron hacerse de la primera magistratura del país.
El presidente López Obrador se convirtió así en el presidente número 79 del México republicano e independiente para cumplir un mandato comprendiente hasta el 30 de noviembre del año 2024. Y debe señalarse que lo hizo con el respaldo popular de 30 millones 113 ciento trece mil 483 cuatrocientos ochenta y tres sufragios efectivos que lo colocaron como el primer mandatario surgido de la ideología izquierdista en la historia moderna de la nación.
Como elemento documental, ha quedado también la definición personal de 22 millones 904 mil seiscientos cuatro, mexicanas y mexicanos quienes en libertad elegimos otra opción de entre las candidaturas propuestas aquel 1º de julio de 2018. Es importante matizar también que este número de ciudadanos estuvimos dispersos entre las candidaturas para ese entonces de Ricardo Anaya Cortés, José Antonio Meade Kuribreña y Jaime Rodríguez Calderón, lo que supuso que estas plataformas políticas se mostrasen imposibilitadas de consolidar un triunfo electoral.
Fue en la elección presidencial de 1988, cuando Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano compitiera por vez primera, postulando democráticamente una oferta de corte nacionalista a los ojos de la izquierda que respondiera a las exigencias del pueblo mexicano deseoso de encontrar mejor calidad de vida per cápita. Después de la figura del Ingeniero Cárdenas, emergió desde el sureste mexicano la del Licenciado López Obrador, quién habiendo gobernado la Ciudad de México con un proceso de desafuero de por medio, entre los años 2004 y 2005, encumbró su proyecto político para competir en 3 elecciones federales presidencial como lo fueron en el 2006 al ser electo el presidente Felipe Calderón Hinojosa, la de 2012 saliendo victorioso el presidente Enrique Peña Nieto y la ya referida jornada electiva de 2018.
El balance oficial después de 3 años al frente de la administración pública federal del presidente López Obrador fue dado a conocer a través de un discurso público que el mandatario personalmente encabezó en la Plaza de la Constitución, a las puertas del Palacio Nacional en la capital del país. La autodenominada cuarta transformación de la vida pública y política de México cuenta con sus propios indicadores en todos los rubros de gobierno y deja constancia del respaldo popular que para ellos supone que se encuentran cumpliéndole al pueblo de México en su gestión.
La 4T hizo de su principal basamento discursivo el combate a la corrupción y la erradicación del sello neoliberal como régimen de gobierno nacional, emprendiendo toda una reconfiguración institucional que se ha traducido en modificaciones en ley a la estructura orgánica de la administración pública federal, a proyectos de infraestructura que son considerado estratégicos, a programas de asistencia social y e incluso se ha expandido al impregnar su esencia dentro del parlamentarismo mexicano en donde este movimiento ostenta mayorías legislativas al interior del Congreso de la Unión. El Poder Judicial ha sido objeto también de algunos visos de influencia y amagos de control sin que hasta nuestros días se pueda manifestar que la autonomía de este Poder del Estado mexicano se encuentre comprometida.
Hoy por lo pronto se sabe y se conoce que existe un presidencialismo fuerte ligado a las causas de la izquierda, en tanto que los opositores detentando otras ofertas políticas, construyen sus plataformas de representación con miras a escenarios electorales futuros para medir fuerzas y buscar triunfos.