El Papa Francisco bendice a bailarines mexicanos en San Pedro
CIUDAD DEL VATICANO (16/AGO/2015).- El Papa Francisco saludó y bendijo a un grupo de bailarines folclóricos mexicanos que deleitaron a miles de fieles asistentes a la oración dominical con el Angelus presidida por el Papa en la Plaza de San Pedro.
Al final de su discurso, asomado a la ventana de su estudio personal en el Palacio Apostólico, Jorge Mario Bergoglio dedicó unas palabras a los danzantes, miembros de diversos ballets que cumplen una gira por Europa.
«Saludo al grupo folclórico Organización Internacional de Arte y Cultura Mexicana, a los jóvenes de Verona que están viviendo una experiencia en Roma y los fieles de Beverare», dijo el pontífice hablando en italiano y suscitó la emoción de los mexicanos.
No obstante la lluvia, que cayó durante buena parte de la mañana de este domingo sobre la capital italiana, los bailarines llegaron hasta la plaza vaticana enfundados en sus trajes típicos multicolores.
Se trata de miembros de tres grupos distintos, los ballets Maaso y Nayat del estado de Puebla, y el Son de Fandango de la ciudad de Pachuca en Hidalgo.
Ellos iniciaron días atrás una gira europea por tres países cuya primera etapa fue Holanda. En Italia se presentaron en la Feria del Vino y continuarán sus presentaciones en Francia.
En su reflexión dominical, previo al Angelus, el Papa advirtió que no es lo mismo ir a misa a «rezar cuando lo siento» y «en soledad», porque la eucaristía no es un rito más, en él Jesús se hace presente de nuevo y es capaz de transformar en don a todos los hombres.
«A veces, sobre la santa misa, se escucha esta objeción: «¿A qué sirve la misa? Yo voy a la iglesia cuando lo siento, y rezo mejor en soledad». Pero la eucaristía no es una oración privada, o una bella experiencia espiritual, no es una simple conmemoración de lo que Dios hizo en la última cena», indicó.
«Nosotros decimos, para entender bien, que la eucaristía es memorial, es decir un gesto que actualiza y hace presente el evento de la muerte y resurrección de Jesús», ponderó.