Charlas de taberna | Por: Marcos H. Valerio | La vacuna, una esperanza de vida, afirman doña Irma
Cientos de personas de la tercera edad, se levantaron con mucho ánimo, después de un baño y desayunar, se encaminaron rumbo al Centro Deportivo Xochimilco o bien l plantel número 1 de la Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM, que son los puntos de vacunación contra COVID-19.
La mayoría, en compañía de un familiar se dirigió a la capilla de su pueblo, barrio o colonia, pues ahí ya los esperaba un transporte público gratuito, el cual, los llevaría a la toma de su dosis.
Así fue el caso de doña Irma, que en punto de las 11:00 horas de la mañana, partió del barrio de Tlacoapa, Xochimilco, se veía animada, en el transcurso comentaba que después de muchos meses de estar en confinamiento por fin veía las calles y avenidas.
“Desde que empezó la pandemia, mis hijos no me dejaron salir, me dijeron que era una persona vulnerable y desde entonces para evitar contagiarme viví aislada, me da mucho gusto transitar nuevamente por las avenidas, y más gusto me da que voy aplicarme la vacuna, es una esperanza de vida”, decía doña Irma.
Ya en el Centro Deportivo Xochimilco, personal de protección Civil la esperaba en la puerta, para darle el acceso e inmediatamente conducirla a una mesa donde personal médico le tomaron sus datos.
Posteriormente, paso a una fila, donde le dieron un lunch y le explicaron que en minutos la iban a vacunar, después de ello, le expusieron, se iba a quedar en una zona para observación, posterior de 30 minutos se podía retirar a su casa. Así, fue, doña Irma esperó alrededor de 20 minutos para que la vacunaran.
Al salir, doña Irma comentaba a su hija Victoria, que la felicidad le invadía, pues nunca creyó que la vacuna llegara a México, y sobre todo, que fuera muy fácil acceder a ella. Lo decía con gran ánimo, mientras una lágrima rodaba por su mejilla cubierta con un cubrebocas.
Nuevamente, espero el transporte gratuito para regresar a su barrio que la vio nacer. Tlacoapa.