Acervo | Por: Pedro Luis Noble Monterrubio | Necesaria coordinación intergubernamental ante la inflación
Al comienzo de este año y con el impacto directo de contagios por Covid-19, ha surgido el incremento en los precios de energéticos y diversos productos de la canasta básica.
Era previsible que se detonará una contracción económica generalizada en el país, misma que ocasionaría una alteración de precios diversos en bienes y servicios. La alta volatilidad del costo de productos altera sin duda, el mercado de comercio que ve diariamente comprometidos sus números de fluctuación de transacciones varias.
De acuerdo con documentos del Banco de México, el precio de productos se incrementó durante enero pasado en un 0.86 %, teniendo como ejemplos centrales la gasolina de bajo octanaje, el gas doméstico y el frijol, la papa, el tocino, la leche pasteurizada, la carne de res y el jamón. En contraste, el transporte aéreo y la industria turística presentaron serias reducciones en sus precios, lo cual no necesariamente significa aumentos en el volumen de sus servicios, sino que tampoco se encuentran en la posibilidad de operar sus unidades de negocio al encontrarse limitadas sus atenciones, comprometiendo así la operación diaria.
Existe una especie de estimación, que vislumbra un rescate financiero por parte del banco central para recortar tasas de interés de referencia interbancaria en una escala de 25 puntos base (pb) a un 4 %. Hasta el día de hoy este valor se mantiene en un nivel de 4.25 %. Por la complejidad del tránsito aún largo hacia los meses venideros en el manejo de la pandemia, acentuado al lento proceso del plan de vacunación contra el Coronavirus sobre el grueso de la población mexicana, podría esperarse que estas versiones se confirmen y detonen procesos de salvaguarda monetaria en la nación, sin embargo, no debe descartarse en la publicación del comunicado de política monetaria para el 2021 que el Banco de México difundirá este jueves, qué no obstante lo anterior, la tasa de referencia se mantenga sin cambios, originando así la confirmación del repunte de la inflación en México.
Bajo este complejo contexto nacional, invariablemente se requiere de voluntad política por parte del Ejecutivo Federal y su equipo de gobierno para instrumentar acciones de coordinación entre órdenes de gobierno, planes de mitigación en el impacto inflacionario en todo nuestro territorio, regionalizando prioridades de acción según las actividades, giros y vocaciones de las entidades federativas.
Afortunadamente en Hidalgo, con la vocación estadista del Gobernador Omar Fayad y sus colaboradores, se mantienen en permanente coordinación con prácticamente todos los Presidentes Municipales del Estado, destacando la interlocución con las administraciones de Sergio Baños e Israel Félix en Pachuca y Mineral de la Reforma, para ejecutar acciones puntuales de política pública orientadas al acompañamiento a prestadores de servicios y consumidores, reactivando así, la economía local basada medularmente en incentivos fiscales que posibiliten mitigar el alza de precios y sus efectos inflacionarios sobre cada hidalguense.