Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | Francisco Zarco.
Hay perfiles singulares en la construcción de una nación.
Uno de ellos es el de Francisco Zarco.
Quién sería uno de los más grandes defensores del periodismo libre, nació en la ciudad de Durango en 1829. A muy temprana edad, Zarco llegó a la Ciudad de México.
Lo que encontró al llegar a la gran urbe, fue, anarquismo, desigualdades, y conflictos por doquier.
El diario que circulaba por las calles y centros de comercio era El Siglo XIX.
Zarco realizó estudios de idiomas en el Colegio de Minas y ciencias sociales.
A la edad de 19 años, en 1848 fue nombrado oficial mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores.
A partir de esas fechas, inició su actividad como periodista, y los intentos de silenciar su pluma. Colaborando en el diario «El Demócrata». Crítico del sistema, escribió en contra del general Mariano Arista, por lo que fue perseguido.
En 1855 el escritor y funcionario público; Zarco, se adhirió al Plan de Ayutla y fue electo diputado.
Durante su estancia en la Cámara, hizo gala de su estilo y anotó las más notables crónicas parlamentarias de la historia.
Ya con una creciente participación política, Zarco se opuso al golpe de Estado preparado por Félix Zuloaga en contra del gobierno de Ignacio Comonfort, por lo que una vez más fue perseguido.
Las fuerzas silenciadoras de los gobiernos no lograron nunca su objetivo, porque lo que mantuvo, su labor periodística bajo el pseudónimo de Fortún.
Escribió para periódicos como: «La Ilustración Mexicana», «Las Cosquillas».
La experiencia adquirida, y el respeto ganado lo llevaron a convertirse en director del diario más importante de esa época, El Siglo XIX, y en varias ocasiones fue multado y perseguido por las críticas al gobierno de Antonio López de Santa Anna.
Pero Francisco Zarco Político y periodista, sacando el pecho siempre defendió la libertad de expresión.
En 1861, el presidente Benito Juárez lo nombró ministro de Gobernación y de Relaciones Exteriores, Francisco Zarco renunció a los cargos para dedicarse por completo a su labor periodística.
Zarco dejó escritas en máximas, muchos de sus pensamientos; “Una sátira es más terrible que un golpe de estado”. Asimismo, siempre defendió la postura de que los artículos, notas y columnas en la prensa, vayan acompañados invariablemente de la firma del autor, no como una obligación de ley, si no como un derecho a favor de las personas y de la libertad de expresión
Francisco Zarco murió el 22 de diciembre de 1869.
Un ejemplo de servidor público, de periodista y de ciudadano