Ecologia

El caballo en América

Cuando los españoles arribaron a América se sorprendieron al no hallar los animales domésticos que existían en Europa, salvo el perro. Por eso los conquistadores se preocuparon de traerlos, especialmente al caballo, ya que no sólo era el principal medio de transporte, sino que inspiraba temor a los indios.

Cómo sería la importancia que le dieron, que los reyes católicos se interesaron para que Colón los trajera en el segundo viaje, cuidando de que viniesen padrillos y yeguas. Además, en los años siguientes se establecieron cabañas en la isla Española para satisfacer la demanda de la incipiente colonia.

Cuando el equino se aclimató en la isla de Santo Domingo, su cría se extendió a las otras Antillas ya Centroamérica, de donde se proveyeron de caballos a casi todas las expediciones del descubrimiento y la conquista. Pizarro fue autorizado a llevar montados de Jamaica al Perú, y de allí Valdivia se abasteció parra ira Chile, de donde pasarían a la Argentina.

A pesar de una prohibición temporal que dictó Fernando el Católico, siempre se siguieron enviando caballos a América. Dos ejemplos que pueden citarse son los casos de don Pedro de Mendoza. que los trajo al Río de la Plata, y Cabeza de Vaca que los llevó al Paraguay. Pero no todos los animales embarcados llegaban a destino, porque siempre morían algunos por falta de alimento y de cuidados o, sencillamente, porque cuando el agua escaseaba los tiraban al mar.

No obstante estas pérdidas, o las que se produjeron en las luchas con los nativos, o motivadas por otras causas, como la ingestión de pastos tóxicos o por picaduras de víboras venenosas, el equino se reprodujo fácilmente en América debido a sus condiciones climáticas y a su vegetación.

Ya sea porque algunos animales se escapasen o porque los dejasen en libertad, en ciertas regiones en poco tiempo se observaron manadas de caballos alzados o cimarrones, fenómeno que se había constatado anteriormente en Rusia, España y otros países.

En América, las cimarronadas más grandes se encontraron en el oeste de Estados Unidos, en los llanos de Venezuela y en la pampa argentina.

 

Origen del Caballo Que Llegó a América: Durante mucho tiempo el caballo que se trajo a América era español, no sólo porque la colonización del Nuevo Mundo fue hecha por los españoles, sino porque los conquistadores y colonizadores de cualquier nacionalidad buscaban al caballo español por ser el mejor de esos tiempos.

Traídos de Europa o nacidos aquí, todos ofrecieron un tipo racial bastante homogéneo, como que tenían el mismo origen. El lnca Garcilaso escribió: «Las razas de caballos de todos los reinos y provincias de las Indias descubiertas por los españoles después de 1492 hasta el presente (escrito a fines del siglo XVII), son de las razas de las yeguas y caballos de España, particularmente de Andalucía».

Según una carta de Hernando de Montalvo de 1585, la mayor parte de los equinos enviados a América «procedían de la casta de Córdoba y Jerez de la Frontera, provincias del reino de Andalucía». Tanto las jacas de uno y otro lugar eran genuinas representantes de los magníficos corceles dejados por los moros. Lógicamente hay que admitir que con los años, ese caballo puede haber sufrido la influencia del medio y, por otra parte, otros colonizadores (portugueses, ingleses, franceses y holandeses) introdujeron sus propias razas.

Con excepción del caballo árabe, no ha habido otro como el español de los siglos X al XVII que haya tenido tanta merecida fama y recibido tantos elogios. Baste decir que para ponderar a un caballo se decía «parece español» y que Guillermo el Conquistador y Ricardo Corazón de León lo prefirieron.

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