Nueva Ley de Ciencia, hacia el control de toda investigación
- Los expertos Brenda Valderrama, David Romero y Alma Maldonado analizan el borrador que trabaja el Conacyt, y alertan de un retroceso con una política centralista, autoritaria y confusa
Ciudad de México, 27 de noviembre del 2020.- El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) trabaja en una nueva Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación, proyecto del que se filtró un borrador con 26 artículos que son cuestionados por la comunidad científica, pues señalan que no se habla de autonomía en los órganos internos de la institución, tampoco se hace mención sobre el presupuesto y sí utiliza un lenguaje “ideologizado”, así como conceptos “confusos” como “equidad epistémica”, “Agenda de Estado”, “fortalecer la soberanía nacional” y “bienestar del pueblo de México”.
En febrero de 2019, la senadora morenista Ana Lilia Rivera presentó la iniciativa de Ley de Humanidades, Ciencias y Tecnología que convertiría al Conacyt en el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología (Conahcyt), que tendría control total en las decisiones de las políticas científicas de México. Pese a que esa iniciativa no prosperó debido a las críticas de ser centralista y autoritaria, ahora el Consejo encabezado por María Elena Álvarez-Buylla trabaja una iniciativa de la que poco se sabía hasta la filtración de uno de sus borradores.
El borrador consta de 28 páginas en los que se detallan 26 artículos y aunque no es una versión definitiva, Brenda Valderrama, presidenta de la Academia de Ciencias de Morelos y experta en biotecnología básica; David Romero, especialista en biomédica básica, y Alma Maldonado, pedagoga e investigadora del Cinvestav, alertan sobre el contenido del documento.
“El borrador contiene las primeras indicaciones de por dónde se piensa ir. Se confirma que las preocupaciones de 2019 siguen teniendo fundamento. Es evidente el planteamiento ideológico en cada uno de los artículos y también la intención de controlar el desarrollo de la ciencia. Si esto está en la cabeza de las autoridades de Conacyt, es muy preocupante cuál es el futuro, porque algunas áreas tendrán recortes y otras serán sobreestimuladas ”, señala David Romero.
Valderrama coincide con Romero en que en el borrador hay aspectos de la iniciativa de Rivera: “En toda la redacción se percibe la intención de orientar, decidir, dirigir y más grave, cooptar todas las actividades de investigación en el país”.
En la iniciativa de la senadora también se proponía cambiar de Conacyt a Conahcyt, pero eso no es lo único, pues con lo establecido en el borrador se perdería la autonomía de algunos organismos del Consejo.
En el artículo 14, en el documento se menciona que el “Conahcyt” contará con un Órgano Consultivo técnico y de articulación honorífico, “cuyas opiniones y propuestas serán autónomas con el propósito de garantizar su solvencia epistemológica y técnica”.
El Órgano consultivo técnico, explica Brenda Valderrama, tendrá un consejo técnico, “pero no dice quién lo compone y para qué sirve. Mientras que el consejo de articulación, que es el que viene a sustituir al Foro Consultivo, no cuenta con algún representante por parte de los investigadores ni autonomía de gestión”.
Por su parte, David Romero señala que al leer las atribuciones del consejo de articulación “se asemeja a lo que era el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, por sus atribuciones de autonomía, pero su autonomía parece ser nada más de discurso porque no tendrá la libertad que tendrá el Foro. En la mesa directiva del Foro tenían que estar tres representantes electos por investigadores, aquí en realidad desaparecen y quedan ‘redes vigentes de investigación’, cualesquiera que estas sean”.
Nuevos conceptos
A lo largo del borrador aparecen conceptos como “equidad epistémica”, “Agenda de Estado”, “fortalecer la soberanía nacional” y “bienestar del pueblo de México”, que son calificados por los especialistas como nuevos, pero sobre todo, confusos.
El artículo 4 dice: “El derecho humano a la ciencia se ejercerá conforme a los principios de igualdad y no discriminación, inclusión, pluralidad y equidad epistémica, diálogo de saberes, solidaridad y beneficio social”.
Alma Maldonado señala que la “equidad epistémica” puede ser interpretada de diferentes maneras: “Entre otras cosas, la epistemología estudia la construcción del conocimiento e identifica las diferencias. No se construye el conocimiento de la misma forma en matemáticas que en filosofía o economía. Decir que haya equidad epistémica es preocupante”.
Al respecto, David Romero dice que “equidad epistémica puede interpretarse como que cualquier creencia es igualmente atendible, pero no es así, hay algunas que están fundadas con un cuerpo de ciencia más existente, que otras que son meras creencias o costumbres. No creo que debiera de ir por ese lado”.
Otro ejemplo de conceptos confusos está en el artículo 8, en el que se hace referencia a una política de Estado en materia de humanidades, ciencias, tecnologías e innovación que “tendrá como objetivo general fortalecer la soberanía nacional y contribuir al desarrollo sostenible del país y al bienestar del pueblo de México”.
David Romero sostiene que “soberanía” es un concepto político “en el cual la conducción de algunos aspectos científicos pudieran ayudar a apuntalar la soberanía, pero no es la responsabilidad de la ciencia. Lo mismo aplica para el ‘bienestar del pueblo’, porque esa es responsabilidad del gobierno”.
Además de los conceptos nuevos y la pérdida de autonomía en los órganos de Conacyt, Brenda Valderrama y Alma Maldonado señalan que hay un tema central que está ausente en el borrador: el presupuesto.
De acuerdo con las disposiciones actuales, “el monto anual que el Estado- Federación, entidades federativas y municipios destinen a las actividades de investigación científica y desarrollo tecnológico, deberá ser tal que el gasto nacional en este rubro no podrá ser menor al 1% del Producto Interno Bruto del país mediante los apoyos, mecanismos e instrumentos previstos en la presente Ley”.
Aunque está ausente ese tema, los tres especialistas enfatizan que se trata de un borrador incompleto, por lo que exhortan a las autoridades a dar a conocer el documento final.
Agregan que de seguir en la misma línea, la nueva ley general de Ciencia será un retroceso, porque se regresará a una forma de hacer ciencia como en la antigua Unión Soviética.
“Un ejemplo similar a la forma de hacer ciencia como se propone en el borrador nos remite a la Unión Soviética, donde se canalizaba la función de los científicos. Era un contexto diferente, porque entonces había guerras de por medio y aquí hay una intención de regir el desarrollo de la ciencia de acuerdo con las preferencias de quien está en el gobierno”.
Aunado al retroceso, Valderrama enfatiza que en todo el borrador “hay un talante autoritario, la no colaboración, la subordinación de todos los sectores del sistema”.
Puntos a considerar en el documento
- No se hace mención al presupuesto para ciencia.
- No se habla sobre órganos autónomos al interior de Conacyt.
- Incluye conceptos «confusos» como “equidad epistémica”, “Agenda de Estado”, “fortalecer la soberanía nacional” y “bienestar del pueblo de México”.
26 Artículos contiene el borrador filtrado de la nueva ley de ciencia.
Frases
“Es evidente el planteamiento ideológico en cada uno de los artículos y también la intención de controlar el desarrollo de la ciencia”. David Romero. Especialista en biomédica básica.
“En toda la redacción se percibe la intención de orientar, decidir, dirigir y más grave, cooptar todas las actividades de investigación del país”. Brenda Valderrama. Presidenta de la Academia de Ciencias de Morelos.
Con información de: https://www.eluniversal.com.mx/