Charlas de Taberna | Por Marcos H. Valerio | El Chapo de oro se nos fue.
Nuestro Mario Sánchez se nos fue.
Amigo de mil batallas en las giras de trabajo en Diconsa, de tardes de bohemia con la demás banda.
La última vez que nos vimos, aún lo recuerdo, estaba Olga García, Ruth Salgado, ZichMonth, Ricardo Medina y un servidor con el buen Chapo, como le decíamos de cariño.
Brindamos y planeamos que un día, nuevamente íbamos a trabajar juntos. Al menos en esta vida ya no se dio.
Nunca olvidaré las giras de trabajo por la Montaña de Guerrero, por la sierra e Istmo de Oaxaca, en Atlacomulco, Estado de México, por la sierra de Veracruz y otros lugares más que nos llevó el trabajo cotidiano.
Como dejar de lado, las charlas del buen Chapo, quien a Ricardo Medina le recomendaba comer diariamente un ajo. “Con ello nunca vas a quedar mal”, decía muy serio y cerraba su ojito.
Las tantas y tantas veces que daba masajes a los compañeros estresados, a quienes les dolía la cabeza. Cerraba sus ojos, se concentraba e iniciaba con los amasamientos.
Y las tardes de bohemia, cuando servía las cubas, tenía su estilo, ponía el hielo y el alcohol exacto.
Mario Chapo siempre tenía un buen anécdota, nunca faltaban en las tertulias, de buen humor, una buena persona.
Mi Chapo de oro, ahora que estas con el Creador te toca hacer buenas tomas por allá, graba como tú sabes, no te olvides ordenar y de editar tus videos, ya que algunas veces lo olvidabas.
Saludamos a Florecita y a Beni. Acá la banda se reunirá para brindar en tu honor. Siempre te extrañaremos.
Abrazo fraterno.