Orcas
“Todos los animales necesitan dormir, pues es durante el sueño cuando el cerebro se desarrolla.” Esta hipótesis ha sido hasta hoy la más aceptada por los neurofisió- logos que estudian esta función.
Al privar del sueño a cualquier animal, incluido el hombre, es imposible realizar bien ninguna función y el sujeto se halla en riesgo de desarrollar todo tipo de alteraciones fisiológicos.
Cuando a ratones de laboratorio se les impide dormir, mueren entre diez y 15 días después de iniciado el experimento, en menos tiempo que si se les hubiera privado de alimento.
Un biólogo marino observó en fecha reciente el comportamiento de las ballenas orca y lo que encontró parece poner en duda las hipótesis anteriores.
Las orcas tienen por lo general periodos de sueño de cinco a ocho horas, durante las cuales permanecen por completo inmóviles y con los ojos cerrados.
Cuando nace un ballenato de orca, tanto la madre como su hijo no duermen en ningún momento durante un mes entero.
Después de dar a luz, la orca hembra y su cría necesitan moverse de manera constante para sobrevivir.
A intervalos regulares de tiempo la madre tiene que empujar al recién nacido a la superficie, para que respire.
Nunca cierran los ojos. Un patrón semejante se observa en el primer mes de vida de los delfines.
Es probable que al evolucionar estos mamíferos depuraron un mecanismo compensatorio, que permite que se desarrolle su cerebro sin dormir, cosa que no sucede en el resto de los animales.
Según estas observaciones, habrá que redefinir la respuesta a la pregunta: ¿por qué dormimos?
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