El nacionalismo polaco aspira a consolidar su dominio tras las elecciones de este domingo
- El partido Libertad y Justicia, del ex primer ministro Jaroslaw Kaczinski, podría alcanzar la mayoría absoluta gracias a una combinación de políticas reaccionarias y gasto social
Polonia, 13 de octubre del 2019 (EUROPA PRESS) – El partido nacionalista polaco Libertad y Justicia (PiS), que lidera el ex primer ministro Jaroslaw Kaczynski, aspira a consolidar su dominio de la política nacional tras las elecciones legislativas de este domingo, aupado en un programa electoral que repite el «cóctel» triunfador de retórica nacionalista y gasto social frente a, como ha advertido esta semana el ex mandatario, «la destrucción radical del orden moral y cultural» pergeñada por las «élites» y los intentos de la Unión Europea de imponer una reforma de su controvertido sistema judicial.
Desde la sorprendente victoria del PiS en las elecciones de 2015, la tensión social ha aumentado en Polonia conforme el ex primer ministro ha intensificado su discurso antieuropeo en respuesta a los esfuerzos de Bruselas para anular la primera gran medida que adoptó tras su victoria: una enmienda legislativa declarada en diciembre de ese año que concedía al Parlamento — bajo control de su partido — la potestad de designar a cinco jueces del Tribunal Supremo, el principio de una serie de cambios en la composición y funcionamiento del máximo órgano judicial.
A lo largo de los meses siguientes, el Gobierno polaco ha introducido múltiples enmiendas adicionales para reforzar su control sobre el Tribunal Supremo y el poder judicial en su conjunto. Entre ellas destacan su decisión de retirar a los jueces la potestad de nominar a los integrantes del Consejo Nacional de la Judicatura, el organismo que asesora a las nominaciones, para entregarla al Parlamento bajo su control; el adelantamiento de la jubilación forzosa de los magistrados del Supremo, de 70 a 65 años, y la atribuición al Ministerio de Justicia de una capacidad especial para sancionar a jueces ordinarios por el contenido de sus decisiones –incluido por elevar preguntas prejudiciales al Tribunal de Justicia de la UE –.
Todas estas enmiendas, según Kazcynski, han ido destinadas a mejorar la eficacia de los tribunales y extirpar de la magistratura los restos del sistema comunista. Bruselas, por contra, considera que el ex primer ministro lleva poniendo en peligro la independencia judicial del país desde hace cuatro años. A tal efecto, la UE comenzó ordenando una investigación sobre la legalidad de estas medidas, que prosiguió con la declaración de un expediente sancionador el año pasado, paso previo al anuncio realizado esta semana por la Comisión Europea para llevar a Polonia ante el Tribunal de Justicia de la UE por vía de urgencia.
POLONIA EN TENSIÓN
Hasta tal punto ejerce Kaczynski su dominio que no se descarta incluso que vuelva a liderar el Ejecutivo — actualmente encabezado por su ‘delfín,’ Mateusz Morawiecki — tras estos comicios. El ex primer ministro es un diputado raso del Parlamento, pero su condición de líder del PiS y su popularidad entre gran parte de la ciudadanía le mantienen como un elemento clave en el reparto del poder de Polonia. Kaczynski ya logró convertirse en primer ministro a mediados de 2006, en un momento en el que su hermano gemelo, Lech, ocupaba la Presidencia.
Bajo su mando y el de Morawiecki, el Gobierno polaco ha sorteado hábilmente la crispación social que ha rodeado su enfrentamiento con la Unión Europea, traducida en el ascenso de grupos de ultraderecha que han aplaudido la resistencia demostrada del ex primer ministro contra la influiencia de Bruselas y su defensa reaccionaria frente a eventos como el desfile del Orgullo, que llegó a describir como «teatro ambulante» y «una amenaza real para el Estado polaco».
El PiS ha hecho de la «ideología LGBT» un tema clave en su campaña para las elecciones, alegando que es una influencia extranjera invasiva que socava los valores tradicionales polacos.
«Hay en nuestro país quien quiere invadir nuestras familias, nuestros colegios, nuestras escuelas infantiles, nuestras vidas, quienes quieren acabar con nuestra cultura, con nuestra libertad, con nuestros derechos», afirmó Kaczynski en agosto durante un mítin de precampaña en el que dio rienda suelta a su discurso ultraconservador con su defensa del arzobispo de Cracovia, Marek Jedraszewski, quien calificó al activismo LGBTQ de «plaga arcoíris», «ideología peligrosa» y «error antropológico»
En el mismo mítin, Kaczynski aprovechó también para cargar contra los países occidentales, donde «la libertad está siendo liquidada» y los ciudadanos son castigados por las administraciones y los tribunales «por decir lo que piensan», según comentarios recogidos por la agencia DPA.
Por todo ello, los críticos de Kaczynski temen que un segundo mandato del PiS podría «debilitar todavía más» derechos fundamentales básicos como «la independencia de los jueces y medios de comunicación», en opinión del experto en ideología de ultraderecha de la Universidad de Georgia, Cas Mudde, quien anticipa vía libre «para la entrada de socios corruptos del Gobierno en las instituciones y para la eliminación de los fondos de ayuda que sustentan a las fuerzas de oposición», según declaraciones a Reuters.
SONDEOS FAVORABLES
Sin embargo, la victoria que parece garantizada, a tenor de los últimos sondeos. De los 30 millones de polacos registrados para votar, entre el 42 y el 48 por ciento se inclinan por respaldar a la formación mayoritaria en los próximos comicios, en los que el PiS podría lograr 231 de los 460 escaños que conforman el Parlamento.
Este respaldo se debe a la mano izquierda exhibida por Kazcynski y Morawiecki. Entre ambos borraron de un plumazo las protestas contra las enmiendas judiciales gracias a la introducción de un programa de ayudas a las familias con hijos: 114 euros mensuales que han apaciguado a la población. Durante la campaña, el PiS ha prometido una paga adicional a los pensionistas, nuevos subsidios agrícolas, la exención de impuestos para los jóvenes y un aumento del salario mínimo.
A pesar de la preocupación que este aumento desenfrenado del gasto social ha despertado en los economistas — y cabe decir que el Gobierno no ha abundado en detalles sobre el cumplimiento de sus promesas –, la población parece haber aceptado estos beneficios inmediatos junto a la retórica del ex primer ministro, una que le ha llevado a estrechar lazos con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, bajo la bandera común del nacionalismo, el desdén hacia el cambio climático y, por descontado, la oposición al libre movimiento de personas.
Así, el partido mantiene una amplia ventaja sobre la Coalición Cívica (KO) opositora, que oscila entre el 26 y el 28 por ciento en intención de voto. Este grupo incluye, entre otros movimientos, a Plataforma Cívica, Nowoczesna e Inicjatywa Polska. Precisamente la actual vicepresidenta del Parlamento y candidata de Plataforma Cívica, Malgorzata Kidawa-Blonska, avisó la semana pasada del espejismo que representaba esta situación.
«A la gente del Titanic les dijeron hasta el final que el rumbo iba perfecto, que la construcción era estable, que el barco era seguro, y todos sabemos cómo terminó la historia. La mentiras, la codicia y el engaño acabaron por hundir este barco», escribió en su cuenta de Twitter.
Las encuestas a pie de urna con los primeros resultados se darán a conocer casi inmediatamente después del cierre de las urnas a las 21.00, y los resultados preliminares serán publicados el lunes.