Berlín, 07 de agosto del 2019.- El tribunal Supremo austriaco ha puesto fin a una dilatada batalla judicial en torno a la casa natal de Adolf Hitler. La justicia ha dado la razón al Estado austriaco, frente a las aspiraciones económicas de la heredera de la vivienda, que exigía una mayor compensación por la expropiación. La casa del dictador nazi en Braunau am Inn, al noroeste del país, permanecerá en manos del Estado que la expropió en 2017, y la antigua propietaria del edificio recibirá una compensación, según ha detallado en una nota esta semana el ministerio de Interior austriaco. A partir de ahora se abre una fase tal vez más compleja, la de decidir finalmente qué hacer con un edificio que ejerce de recordatorio de uno de los capítulos más siniestros de la historia, pero también de lugar de culto para neonazis.
Hitler (Branau am Inn, 1889 – Berlín, 1945) nació en un apartamento alquilado en la calle Salzburger Vorstadt 15 en 1889. Se encuentra ubicado en un edificio de tres plantas, pintado de amarillo pastel, que tras la segunda guerra mundial fue recuperado por los propietarios originales de la vivienda. El edificio, que la propietaria se había resistido a vender, ha estado alquilado durante décadas por el Estado, donde ha existido una escuela, una librería y un centro para personas con discapacidad. En los últimos años ha permanecido vacío. Frente al edificio, una mensaje esculpido en un bloque de piedra recuerda que ese es un lugar singular: “Por la paz, la libertad y la democracia. Nunca más el fascismo. Millones de muertos nos lo recuerdan”.
Hace tres años, el Gobierno austriaco optó por expropiarla, decidido a poner fin al desfile de neonazis que a lo largo de los años quisieron convertirlo en un lugar de culto. La decisión del Supremo culmina la batalla legal a la que dio pie el proceso de expropiación. “Tras la decisión legal final acerca de los procedimientos de expropiación, el nuevo uso de la casa natal de Hitler puede dar comienzo, para evitar actividades de apología del nacionalsocialismo”, ha dicho el ministro de Interior, Wolfgang Peschhorn.
A partir de ahora, se abre un concurso de arquitectos para transformar el lugar, “teniendo en cuenta la preservación de monumentos en Branau am Inn y los intereses de la población”, según indicó el ministerio de Interior sin ofrecer más detalles. Qué hacer con este edificio ha sido objeto de intensos debates, a lo largo de los años, en los que se planteó también la demolición de la vivienda, que ha marcado con un estigma imborrable esta pequeña localidad pegada a la frontera alemana. Hitler nació en Branau am Inn el 20 de abril de 1889, pero a los tres años, él y su familia se marcharon a Passau, en la vecina Alemania, para en seguida volver a su país de nacimiento, donde se instalaron de nuevo en la Alta Austria.
El litigo se ha prolongado durante años. Inicialmente, un tribunal de distrito dio la razón a la heredera, Gerlinde Pommer, concediéndole un millón y medio de euros de compensación. Esa decisión fue luego revertida por un tribunal regional y ahora por el Supremo. Las aspiraciones legales de la antigua propietaria han sido además rechazadas por el Tribunal Europeo de derechos humanos. “La compensación por la expropiación de la propiedad en la que nació Adolf Hitler debe ser calculada según el precio de mercado”, indica en una nota el Supremo austriaco. El tribunal ha fijado ahora una indemnización de 812.000 euros.