El Audio en los Anfiteatros Griegos
Anfiteatros griegos En una península del Peloponeso, en Grecia, en un lugar llamado Epidauro, existe todavía un anfiteatro que se construyó 300 años antes de nuestra era.
Es el clásico semicírculo construido en piedra en la ladera ahuecada de una colina, alrededor de un proscenio circular en el que una serie de 34 escalones daba acomodo al auditorio.
Las voces de los actores en el foro se escuchaban con toda claridad aun en los asientos más alejados, a 60 metros de distancia.
Sin embargo, aunque en Grecia se construyeron muchos anfiteatros semejantes, ninguno tiene la perfección acústica del de Epidauro.
Un equipo de físicos especializados en sonido ha estudiado su comportamiento en el lugar y ha formulado la hipótesis de que la claridad e intensidad sonora se deben a que la superficie rugosa de la piedra absorbe y filtra los sonidos de baja frecuencia.
En esencia, el ruido se produce por este tipo de ondas; en cambio, la voz de los actores, cuya frecuencia es más alta, se refleja sin cambio y con mayor limpidez.
¿Conocían los griegos esta propiedad del sonido y con base en ella construyeron sus anfiteatros?
Quizá fue sólo la casualidad, que al darles tan buenos resultados los llevó a construir sin cesar este tipo de joyas arquitectónicas que contribuyeron a dar gloria al teatro de Esquilo, Sófocles y Eurípides.
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