Economía mexicana muestra desaceleración, pero sin riesgo de recesión
- La economía mexicana muestra señales de desaceleración que la llevarán a crecer este año por debajo de 2.0 por ciento registrado en 2018, pero sin un deterioro acelerado o riesgos de recesión, afirmaron economistas y financieros.
En entrevista con Notimex, coincidieron en que dicha desaceleración obedece al “frenón” económico que tradicionalmente se da cada inicio de gobierno por la “curva de aprendizaje” que experimentan los nuevos funcionarios, así como el menor ritmo de crecimiento de la economía global.
A esto se suman factores coyunturales registrados en el inicio de año, como el desabasto de combustibles, los bloqueos a vías ferroviarias o los paros laborales en maquilas del norte del país, que llevarán a que en el primer trimestre la economía mexicana presente un nulo crecimiento y para todo el año le reste hasta 0.5 puntos porcentuales de crecimiento.
Para enfrentar este entorno adverso, los especialistas estimaron que las autoridades gubernamentales deben fortalecer el Estado de derecho, así como mantener la estabilidad macroeconómica y la disciplina fiscal, condiciones necesarias para asegurar la inversión y reactivar la actividad económica.
Según la estimación oportuna del Producto Interno Bruto (PIB) al primer trimestre de 2019, difundida el pasado 30 de abril, la economía cayó 0.2 por ciento respecto al cuarto trimestre de 2018, pero avanzó 0.2 por ciento a tasa anual con datos desestacionalizados, y creció 1.3 por ciento anual con cifras originales; las cifras definitivas se conocerán el próximo 24 de mayo.
El pronóstico oficial de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para este año es un crecimiento puntual para la economía de 1.6 por ciento, con un rango entre 1.1 y 2.1 por ciento.
Señales de desaceleración
El economista en jefe de Scotiabank México, Mario Correa Martínez, rechazó que exista un deterioro acelerado de la economía mexicana, aunque “sí estamos viendo señales de desaceleración importantes”.
Hay una gran incertidumbre derivada, tanto del entorno global como de algunos temas internos, lo cual impactará a la inversión en el país y, en consecuencia, habrá menor creación de empleos y cautela de los consumidores nacionales.
Las señales así lo muestran, argumentó, debido a que los datos de inversión vienen cayendo de forma importante en los últimos meses, aunque con algunos vaivenes, mientras que el consumo interno y la creación de empleos se desaceleran de manera significativa.
La suma de creación de empleos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en los últimos 12 meses pasó de niveles de cerca de 850 mil puestos de trabajo, el año pasado, a sólo 550 mil, con una clara tendencia descendente.
“Sí estamos viendo estas señales de desaceleración”, insistió, al apuntar que Scotiabank pronostica niveles relativamente bajos para la economía mexicana, de 1.4 y 1.3 por ciento para este año y 2020, desde el 2.0 por ciento registrado en 2018.
Para Correa Martínez, el débil desempeño económico obedece, en parte, al cambio que se ha dado en la estructura del gobierno mexicano tras el inicio de la nueva administración, a partir del 1 de diciembre de 2018. Esto ocurre a que siempre que se da un cambio de gobierno hay un “frenón económico normal” y una “curva de aprendizaje”, aunque en este caso parece que el efecto será más pronunciado.
Ello, debido a los cambios tan importantes que se están dando en la estructura gubernamental, tanto en secretarías de Estado como en el recorte aplicado a los sueldos de los altos funcionarios, lo que generó una gran salida del capital humano.
“Todo esto, muy probablemente, va a generar un impacto mayor al que hemos visto en cambios anteriores de administración, pero ese es un tema temporal”, dijo Correa Martínez.
Para revertir la desaceleración actual de la economía mexicana, consideró, habría que fortalecer el Estado de derecho, lo cual se refiere a que las personas tengan confianza de que sus bienes, ahorros, propiedades y patrimonio están protegidos.
Además que en los estados del país haya libre tránsito de mercancías y personas, y se tenga la certeza de que sus inversiones están aseguradas. “A eso se refiere el Estado de derecho, y creo que es ahí donde podríamos avanzar mucho en el país, creo que es una de las cosas que hace más falta en México para asegurar niveles mayores de inversión y de crecimiento”, subrayó.
El especialista de Scotiabank sostuvo que México podría crecer a 5.0 o 6.0 por ciento, pero para llegar a esas tasas se requiere, para empezar, de un Estado de derecho fuerte y sólido, y que todo mundo coincida en que es el adecuado para generar esas condiciones.
Para impulsar una reactivación económica por parte de las autoridades, opinó, sería deseable una mayor coordinación entre las diferentes áreas del gobierno, para que todos los agentes económicos entiendan que hay una política clara y bien orquestada.
“Percibo que la gente de (la secretaría) Hacienda está tratando de asegurar las condiciones macroeconómicas básicas para que se mantenga el entorno de crecimiento del país, especialmente la disciplina fiscal”.
Expresó que la disciplina fiscal puede estar seriamente, si no amenazada, sí afectada, con una economía que se está desacelerando y un entorno global complicado. Por ello, añadió, «la estabilidad macroeconómica es lo primero que hay que asegurar para que la economía mexicana tenga posibilidades de crecer».
Curva de aprendizaje del nuevo gobierno
El presidente nacional del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Fernando López Macari, coincidió en que no hay un deterioro acelerado de la economía nacional, pero sí una baja actividad asociada con la entrada del nuevo gobierno y la curva de aprendizaje de los funcionarios actuales.
A esta desaceleración “natural” que se da cada inicio de gobierno en México por la curva de aprendizaje, se suman factores coyunturales registrados en el primer trimestre del año, como el desabasto de gasolinas que se dio tras la lucha contra el robo de combustibles o “huachicol”.
Asimismo, el bloqueo de vías ferroviarias en Michoacán por parte de maestros y paros laborales en maquilas de Matamoros, Tamaulipas, que tendrán como consecuencia una baja en el crecimiento de hasta 0.5 por ciento en todo el año.
“No hemos notado nada en la economía mexicana que nos lleve a pensar que venga una desaceleración más prolongada. Lo que sí vemos es una desaceleración de la economía global y la posibilidad de una desaceleración en Estados Unidos que, de materializarse, podría tener un impacto en México”, advirtió.
La huella de este decrecimiento global y estadunidense podría acentuar aún más la curva de disminución de la actividad económica en México, pero “hoy por hoy no vemos que los indicadores, tanto macro como financieros, pudieran darnos una lectura de que habrá una recesión o de que esta desaceleración puede ser muy prolongada”.
No obstante, dijo, sí se ven aspectos de preocupación, como son las deterioradas finanzas de Petróleos Mexicanos (Pemex) o la reducción de las expectativas de crecimiento de la economía mexicana y, con ello, bajos índices de recaudación que pudieran generar recortes adicionales al gasto y poner más presiones sobre las finanzas públicas.
El dirigente de los ejecutivos de finanzas señaló que también hay preocupación por un posible retraso en la aprobación del nuevo tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), y si bien hay situaciones que preocupan «hoy no se han materializado» como para demostrar que se pudiera predecir una desaceleración más prolongada o una recesión en México.
Ante este entorno de debilidad económica, consideró que el gobierno debe mantener a toda costa la disciplina fiscal y cumplir sus metas fiscales, entre ellas el superávit primario de 1.0 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), haciendo los ajustes necesarios al gasto.
“Con eso la federación marcará la línea de la tendencia de su gobierno para los próximos cinco años”, dijo, al afirmar que si en el primer año de la administración logra mantener el superávit primario prometido y la disciplina financiera generará credibilidad en los inversionistas, lo que ayudará a crear un ambiente de confianza que se traducirá en mayor actividad económica.
López Macari expresó que preocupa la baja de la inversión fija bruta a niveles mínimos históricos desde 2015, y que se acerca una “tormenta” que podría complicar los planes del gobierno federal, ante lo cual tendría que mantener la disciplina fiscal y hacer los recortes necesarios.
Por ahora, el IMEF mantiene por tercer mes consecutivo en 1.5 por ciento su pronóstico de crecimiento para la economía mexicana en 2019, y por segunda ocasión en 1.8 por ciento para el año próximo.
Economía repuntará en segundo trimestre
La directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base, Gabriela Siller Pagaza, negó a su vez que la situación económica del país se deteriore de forma acelerada, y si bien en el primer trimestre habrá un crecimiento económico nulo, en el segundo habrá un repunte.
“Como quiera, para todo 2019 sí se anticipa una desaceleración”, apuntó, al referir que Banco Base mantiene en 1.3 por ciento su estimación de crecimiento para todo el año, desde el 2.0 por ciento en 2018.
Para “darle la vuelta” a esta desaceleración, Siller Pagaza recomendó destinar más recursos a la inversión pública, lo que implicaría dejar de lado algunos programas gubernamentales, entre ellos la construcción de una nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco.
“Se tendrían que dejar a un lado algunos programas, o sea, lo que queda es recortar, en pos de mayor gasto en infraestructura que genere mayor crecimiento económico, un efecto multiplicador, y que no nada más sea un crecimiento económico en el corto plazo, sino también en el largo”.
La economista principal de Banco Base sugirió además a las autoridades, como el resto de los entrevistados, dar mayor certidumbre a los inversionistas, pues ello hace que el sector privado destine más recursos a la inversión, lo que genera un mayor número de empleos.
Con información de: http://www.notimex.gob.mx/