NO a la dieta para adelgazar: nutricionista explica por qué nunca deberías caer en esta trampa
Desde hace décadas, uno de los temas que más vende es la «mejor manera» (léase más rápida, no más saludable) de bajar de peso: miles de dietas se formularon con el propósito de alcanzar una delgadez que varios consideran ideal. Las personas no solo quieren adelgazar, también sienten el deber. En Internet, en los periódicos, en las librerías, todo grita adelgazamiento inmediato, como una promesa y una obligación.
Pero deberíamos cuestionar el canon de belleza actual y la idea de una forma corporal correcta, además de establecer una firme lucha contra la gordofobia. Liberarnos de dietas y obsesiones con el cuerpo para dar lugar a hábitos sustentables y consolidar el equilibrio saludable, sin excesos y sin restricciones.
Por una alimentación completa: por qué decir no a las dietas
VIX habló con la doctora Virginia Busnelli, especialista en nutrición y directora del Centro de endocrinología y nutrición CRENYF, de Buenos Aires, quien opina que somos «dietantes».
Nos han prometido disminuir la grasa corporal en una semana, mejorar la figura, combatir las celulitis, los años, la caída del pelo, aumentar la fuerza, la musculatura, ser más fuertes, más lindos. Es decir, entrar en un prototipo universal en el que todos somos bellos […] y por sobre todas las cosas iguales.
Busnelli se pregunta lo mismo que muchos: por qué tenemos que ser iguales, comer lo mismo en el mismo momento y cuidarnos de la misma manera. Ser «esbeltos, flacos, musculosos».
Los desórdenes alimenticios en la sociedad de hoy
El canon de belleza actual cobra las vidas de muchas personas año a año, en especial niñas y adolescentes que caen en patrones de anorexia nerviosa, bulimia y otros peligrosos desórdenes alimenticios. Estos son patrones extremos de la conducta que engloban muchos síntomas externos a la alimentación, como la distorsión de la propia imagen corporal y un gran temor a subir de peso.
Se ha estimado que entre el 0,7 % y el 3,5 % de las mujeres sufren de anorexia nerviosa en algún punto de sus vidas. Esta enfermedad se lleva más muertes que cualquier otro trastorno mental, debido a la desnutrición o al suicidio, según la organización Mirror Mirror.
Las muchachas que caen por ese agujero usualmente no tienen más de 15 años. Buscan compañeras que las ayuden a sobrevivir un largo ayuno o que las motiven a salir a correr después de haber consumido 500 calorías de más. Publican su peso objetivo y lo tienen en mente todo el tiempo. Este suele rondar los 40 a 45 kg. Si llegan a ese número, quieren bajar más. El sentimiento de recompensa es adictivo y peligroso.
Por qué dejar de hacer dieta hoy mismo
Hacer dieta es estresante para el cuerpo y la mente, dice Lauren Fowler, nutricionista especializada en desórdenes alimenticios. En primer lugar, la prohibición no funciona. La mentalidad prohibitiva inevitablemente resulta, tarde o temprano, en caer en el exceso con aquellas comidas «prohibidas». Se combina con el pensamiento de «todo o nada», que obliga a comer, en lugar de una porción de chocolate, todo el paquete, para comenzar la dieta otra vez al otro día. Sin dieta, ninguna comida tiene más poder que otra.
A largo plazo, la dieta se asocia a aumento de peso. El ciclo de prohibición y excesos que se repite una y otra vez lleva a una pérdida del contacto con las señales intuitivas del cuerpo, como sentir hambre o estar satsifechos. Por eso, también se pierde la satisfacción de haber comido y sentirse saciado.
Las dietas se basan en números. No se suelen ocupar de la salud, sino de alcanzar un número exacto en una balanza, cuando este es una medida inexacta si se trata de salud. Calculan tu metabolismo basal, las calorías quemadas cuando haces ejercicio y hasta la energía que gastas cuando duermes, sin tener en cuenta que estos números pueden ser variables.
Las dietas tampoco tienen en cuenta que comer es una necesidad emocional. Desde que nacemos, el contacto con los demás incluye la comida: nuestro primer contacto físico con otro ser se da con nuestra madre al ser amamantados. También de adultos, los humanos celebramos alrededor de la comida, que para nosotros es símbolo de sustento y amor; así ha sido durante miles de años.
Salvo si se trata de un régimen por una situación particular que tiene un principio y un fin, Busnelli opina, la palabra dieta ya ni siquiera debería utilizarse.
[…] los profesionales decimos NO a las dietas, no a la restricción, no a la prohibición del deseo. Tenemos que reaprender a comer. Tenemos que encontrar la forma más sana de tener una buena relación con la comida. Claro está que los excesos pueden ser muy perjudiciales y hasta causarnos muchas enfermedades. La clave está en el equilibrio.
Consejos para lograr el equilibrio
- Evita saltarte comidas. Comer cuatro veces al día, incorporando a cada comida diversidad de alimentos.
- Desayuna. En la línea del consejo anterior, es recomendable romper el ayuno nocturno en la mañana para comenzar el día más energizados.
- Come frutas y verduras. Cuantos más colores, mejor, ya que cada color indica diferentes vitaminas y minerales.
- Cocina. Haz un poco de tiempo a la semana para cocinar y refrigerar o congelar comidas sanas. Es mejor consumir alimentos que tú sepas qué contienen.
- Usa menos sal. Para esto, es ideal comer comida casera condimentada con varias hierbas aromáticas y especias, en lugar de pedir a domicilio, comprar comida hecha o ir a restaurantes, dado que la comida preparada puede tener una gran cantidad de sal para aumentar su sabor.
- Ve al supermercado sin hambre. Haz una compra inteligente, sin hambre, para poder pensar mejor en lo que llevarás. De esta manera, tendrás una alacena y una heladera llenas de productos saludables para evitar caer en otras tentaciones.
- Bebe agua. Si tienes sed, el mejor consejo es tomar agua. Intenta disminuir el consumo de otras bebidas, incluso aunque sean dietéticas o «cero calorías».
- Haz ejercicio. Durante el día, intenta caminar, andar en bicicleta o subir las escaleras cuando tengas que moverte de un lado a otro. Por otra parte, encuentra una actividad física que te guste y que puedas hacer regularmente, para que no pierdas el hábito.
- Cultiva la paz con tu cuerpo. Reírse de uno mismo, sonreír, disfrutar de la vida y no poner en peligro nuestro cuerpo por un ideal inalcanzable.
Con información de: https://www.vix.com